Richard Acuña a paso ligero: un perfil del vocero de APP
Richard Acuña a paso ligero: un perfil del vocero de APP
Fernando Vivas

Le cuesta dejar de sonreír. Está entrenado para no bajar la guardia y a la vez lucir relajado. Tremendo peso para sus 31 años y 1,60 m de estatura. Más o menos la talla de su padre , pero con el toque fashion, cool y de diversificación productiva –es una manera de llamar a su ingente y colorido patrimonio de casas, carros y empresas– de la segunda generación de una familia de mucho éxito y muchas controversias.

Núñez tiene su perfil propio y lo ilustra con una anécdota: “En el 2011, a los 26, participé en las negociaciones de la alianza con PPK. Estaban Lourdes Flores con Lourdes Alcorta, Lay, Yehude, dos personas más y yo. Un día, mi padre me dice: ‘¿Quieres postular?’. Dije: ‘Creo que no es el momento, dame unos días y te confirmo’. PPK fue a Trujillo y me habló. Me hablaban mi mamá, mis hermanos. Finalmente, acepté. Mi papá dijo: ‘Bueno, ya decidiste postular, este es mi equipo de prensa, mi jefe de campaña, están a tu disposición’. Terminó la reunión y fuimos a su oficina. Le dije: ‘No quiero a nadie, es tu equipo pero no es el mío’. Y armé mi equipo, y terminé siendo uno de los más votados en La Libertad”.

O sea, una propuesta de papá pero una decisión junior, con colaboración de sus dos hermanos, César y Kelly. Los tres, más papá, son una suerte de CEN familiar en Alianza para el Progreso (APP). Para que me quede claro cómo ve una y otra dimensión, César me cuenta que en APP sí discrepan, votan y alguien pierde: “Yo, como otras personas en el comité político, planteamos no apoyar ni a Fujimori ni a PPK. Perdí la votación”. Ajá, eso explica el fastidio de Richard, portavoz de su bancada, cada vez que le preguntaban por la posibilidad de que Luis Iberico o Marisol Espinoza sean parte del Gabinete ppkausa.

Le pregunto al heredero político de Acuña si de veras es consciente de que, a diferencia de su padre, es de una generación que no se fajó, que no es emergente y que no puede alardear que se hizo de abajo a pesar de la discriminación. “Lo que ha hecho mi padre es admirable por muchos peruanos, es un ejemplo de éxito. Pero ese no es mi discurso. Hemos tenido recursos para nuestra formación [...] A mi papá le fue muy bien en educación, yo quiero tener éxito en salud. Ya tengo mi primer laboratorio en Trujillo”. Es hijo de su papá, pero dueño de su marca.

—Cada día, un golpe—
La pregunta obligada. El éxito tiene su lado oscuro. “No entiendo, ¿cuál lado oscuro?”, me ataja, obligándome a ser más específico: las ayudas que recibió para hacer sus tesis y que configuraron plagio, la falsa coautoría con el profesor Otoniel Alvarado. Y quería seguir con los antecedentes del clientelismo en la alcaldía trujillana y la gobernación de La Libertad, pero Richard responde: “Tengo que esperar que  cada entidad y universidad se pronuncie. La Universidad de Los Andes se pronunció y descartó, la Complutense está en etapa de investigación, la de Lima también. Yo he visto a mi papá cuando iba a la Universidad de Los Andes y se trasnochaba”. Él mismo ha admitido que, al menos, hay citas omitidas y que, aunque figure de coautor, no coescribió el libro de Otoniel Alvarado, le replico. “No conozco al profesor Otoniel, pero sé detalles que, por respeto a él, no los puedo decir”.

Repregunto así: ¿Crees que en el futuro no se debiera permitir que las universidades se usen como plataforma política? “No podría aceptar que hayan sido usadas para el manejo político. La política no tiene que estar ligada a ninguna actividad empresarial, no solo a la universidad”. O sea, ¿debe estar más regulada de lo que lo está ahora? “Sí, y para todas las actividades, como medios de comunicación”. ¿Podrías admitir al menos que la identificación de tu padre como figura política con la universidad fue excesiva? El spot de la Vallejo fue demasiado. “La autocrítica es que debimos cortarlo inmediatamente en la campaña”.

Esta discusión que nos arrebataba en la primera vuelta pasó a segundo plano cuando el JNE excluyó al líder de APP. Rodrigo Barrenechea, experto acuñólogo autor del libro “Becas, bases y votos”, dijo: “El JNE salvó a César Acuña de sí mismo”. Le evoco la cita a Richard y le pregunto: ¿No sintieron un alivio cuando el JNE excluyó a tu padre? “No, yo fui jefe de campaña y te digo que estábamos preparados para llegar a la segunda vuelta. La campaña fue muy complicada, todas las mañanas despertábamos con algún golpe. Ya sé que algunos piensan que nos tiraron un salvavidas, pero no lo sentimos así”.

—Gucci y la descentralización—
En su hoja de vida ante el JNE, Richard declara 20 casas y una docena de autos. Está clarísimo que no vive de sus ingresos congresales y que puede comprarse las corbatas y zapatillas que le dé la gana. El alboroto que causaron sus Gucci de cientos de dólares –él ni recuerda cuánto pagó– me lleva a una obvia pregunta: ¿Crees que el lujo, los privilegios, te alejan de la representación? “Yo trato de ayudar mucho, creo que el 80% de mi sueldo de congresista va a ayudas. Lo de las zapatillas no lo veo como signos de lujo. Desde que ingresé al Congreso, tengo claro que no vivo del sueldo sino de mis ingresos. Y no hablo de las empresas de mi padre, sino de las mías. No vivo de la política y si tengo la oportunidad de hacer un buen regalo a mi esposa o hijos, o disfrutar yo de mi trabajo en la empresa privada, lo haré”.

El patrimonio abultado lleva a un problema ajeno a la política, la inseguridad. Me cuenta un episodio: “En el 2014 en Trujillo regresaba de la playa con mi mamá, mi esposa y mis hijos. Me llama el general de la policía. Lo fui a ver a la medianoche, y me dijo: ‘Tenemos fuentes que aseguran que lo quieren raptar’. A las 8 a.m. tomé un vuelo a Lima y me recibieron patrulleros. Estuve días encerrado. Entonces, claro que me preocuparé por la inseguridad. Y también por la descentralización”.

La debilidad del proceso de regionalización es el tema clave de Richard. Los Acuña y APP son fenómeno norteño y eso no lo olvidan. La bancada apepista, al revés que la de PPK, tiene un perfil regional nada limeño. Esa es una de las razones por las que Richard prefiere ver a su partido en una mesa de Fuerza Popular que en un Gabinete ppkausa. Ahí está la derecha popular, aunque rechaza ese término sin darme otro a cambio: “Somos una bancada independiente, no nos interesa cogobernar. Estamos pensando en el 2018 y el 2021”. Y es conservador (es pro vida y pro familia aunque no tanto como su correligionario Julio Rosas) y tiene cuatro hijos. El mayor es campeón infantil de golf y la última es una nenita de 1 año con su segundo compromiso. En unos días, toda la familia, incluidos papá y mamá Rosa (cuyo genio papá César teme más que al fallo de la Complutense), se reunirá en el bautizo de su sobrina. 

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