El presidente Martín Vizcarra tomó juramento a Susana Vilca (Energía y Minas), Fernando Castañeda (Justicia), Martín Benavides (Educación) y Carlos Lozada (Transportes y Comunicaciones), quienes aparecen en segunda plano. (Foto: Presidencia de la República)
El presidente Martín Vizcarra tomó juramento a Susana Vilca (Energía y Minas), Fernando Castañeda (Justicia), Martín Benavides (Educación) y Carlos Lozada (Transportes y Comunicaciones), quienes aparecen en segunda plano. (Foto: Presidencia de la República)
/ El Comercio
Redacción EC

Casi a las 9 de la noche, a una hora poco habitual para este tipo de ceremonias, el presidente Martín Vizcarra tomó juramento a cuatro nuevos miembros del Gabinete. Esta fue la foto final por una nueva crisis del Ejecutivo.

Desde el lunes se sabía que en la cartera de Energía y Minas habría un cambio por la renuncia de Juan Carlos Liu. Su salida de la cartera fue consecuencia de las consultorías que su empresa brindó a Odebrecht y los cuestionamientos que se le hicieron por su participación en la reunión –del 9 de enero– con directivos de la constructora, en la que se habló del gasoducto sur peruano.

Pero ayer, un día después de que se oficializara la destitución de Jorge Ramírez como procurador ad hoc del Caso Lava Jato, Ana Teresa Revilla, titular del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, puso su cargo a disposición (lo hizo por la mañana).

Revilla no tomó la decisión por la destitución de Ramírez –sobre la que ha dicho que no estaba enterada–, sino debido a su papel en la reunión entre Liu, Ramírez y los representantes de Odebrecht por el gasoducto [para conocer el detalle de su rol, lea la entrevista de la pág. 5].

Sin embargo, casi a la par de la noticia sobre Revilla se conoció que Edmer Trujillo, ministro de Transportes y Comunicaciones, había renunciado al cargo, aunque no por un tema relacionado al Caso Odebrecht.

Sobre Trujillo, se especuló que su salida tiene relación con los cuestionamientos que se le hicieron por las presuntas irregularidades en la construcción del hospital de Moquegua en el 2014, caso que la fiscalía investiga.

Por la tarde de ayer, además, se conoció que Flor Pablo dejaría la cartera de Educación, aunque, a diferencia de los otros tres casos, no se debió a un cuestionamiento o porque estuviera implicada en alguna controversia.

Conocidas las cuatro salidas del Gabinete, Palacio de Gobierno convocó a la juramentación de sus reemplazos: Fernando Castañeda (Minjus), Susana Vilca (Minem), Carlos Lozada (MTC) y Martín Benavides (Minedu). En los casos de Castañeda y Lozada, ya eran funcionarios de las carteras que ahora dirigen. Respecto a Benavides, hasta ayer era titular de la Sunedu.

El presidente Vizcarra y el primer ministro Zeballos, quienes están al centro, con los nuevos ministros. De izquierda a derecha, Fernando Castañeda (Justicia), Susana Vilca (Energía y Minas), Martín Benavides (Educación) y Carlos Lozada (Transportes y Comunicaciones). (Foto: Hugo Curotto / Grupo El Comercio)
El presidente Vizcarra y el primer ministro Zeballos, quienes están al centro, con los nuevos ministros. De izquierda a derecha, Fernando Castañeda (Justicia), Susana Vilca (Energía y Minas), Martín Benavides (Educación) y Carlos Lozada (Transportes y Comunicaciones). (Foto: Hugo Curotto / Grupo El Comercio)
/ Hugo Curotto

—Rotación tras rotación—

Con esta nueva rotación, son siete los relevos que el presidente Vizcarra realiza en el Gabinete desde que tomó la decisión de disolver el Congreso, el 30 de setiembre del año pasado.

Para la politóloga Adriana Urrutia, los constantes cambios de ministros evidencian la ausencia de una red partidaria y política en el gobierno.

“Los ministros actúan como satélites de un individuo solitario, que es el presidente. Cuando el desempeño de un ministro puede afectar la precaria red del gobierno, el presidente decide desvincularse de este”, señaló.

Jeffrey Radzinsky, director del Grupo Fides Perú, resaltó que la mayoría de cambios ministeriales desde que se disolvió el Congreso tuvo que ver con escándalos. Agregó que en el gobierno de Vizcarra hay una gran sensibilidad con la lucha anticorrupción, la cual, resaltó, es su principal activo. “Esto [los relevos por cuestionamientos] es una respuesta política a algo que podría generar un efecto que daña el principal activo. Pero eso no significa que como gestión esté bien”, agregó.

Urrutia también opinó sobre la situación del gobierno de Vizcarra ante casos judiciales de coyuntura. “Se podría decir que la judicialización de la política ha venido acompañada, en el gobierno de Vizcarra, de la despolitización del Estado, teniendo como principal consecuencia la fragilidad de la gobernabilidad”.

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