Según cifras del Ministerio de Salud, solo el 60 % de las piscinas en el país cumplen con los estándares de salud establecidos.
Según cifras del Ministerio de Salud, solo el 60 % de las piscinas en el país cumplen con los estándares de salud establecidos.

Con la llegada del , el uso de piscinas en casa y centros recreativos incrementa considerablemente, convirtiéndose en uno de los espacios favoritos para refrescarse y disfrutar en familia.

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Sin embargo, un mantenimiento inadecuado puede generar riesgos para la salud, como la proliferación de bacterias, hongos y otros microorganismos que afectan la piel y el sistema respiratorio.

Según la Dirección General de Salud Ambiental (DIGESA, 2025), una piscina sin el tratamiento adecuado es un potencial foco de infecciones.

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Además, el agua estancada y sin filtros eficientes favorece la acumulación de residuos, reduciendo la calidad del agua. Para evitarlo, según la norma técnica peruana, se recomienda mantener los niveles de cloro entre 0.4 y 1.2 ppm, asegurando una desinfección efectiva sin afectar a los bañistas.

“Adoptar una rutina de mantenimiento transforma la experiencia de los usuarios y prolonga la vida útil de la piscina. Con medidas sencillas como un buen sistema de filtración y el uso adecuado de productos de limpieza, es posible disfrutar del agua sin preocupaciones”, indica Jennifer Retamozo, jefa de línea jardín de Promart.

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Según cifras del Ministerio de Salud, solo el 60 % de las piscinas en el país cumplen con los estándares de salud establecidos.

Para garantizar un ambiente seguro y prolongar la vida útil de las piscinas, el especialista comparte algunas recomendaciones:

  • Controlar la calidad del agua: la medición regular de cloro y pH es clave para evitar microorganismos, mantener el agua cristalina y prevenir irritaciones en la piel y los ojos. Un kit de mantenimiento facilita la aplicación precisa de cloro, alguicidas y clarificadores.
  • Optimizar la filtración: un sistema de filtrado eficiente elimina residuos y mantiene el agua en movimiento, evitando la acumulación de suciedad. Contar con una bomba de filtrado adecuada facilita este proceso y reduce la necesidad de productos químicos.
  • Fomentar la higiene de los bañistas: ducharse antes de ingresar a la piscina y utilizar ropa de baño adecuada ayuda a reducir la contaminación del agua. Estas medidas simples minimizan la acumulación de residuos como cremas, sudor o restos de productos cosméticos.
  • Limpiar regularmente las superficies: las impurezas pueden acumularse en el fondo y las paredes de la piscina, afectando la calidad del agua. Usar una aspiradora de piscinas o cepillos especiales ayuda a mantenerlas libres de sedimentos y algas.
  • Revisar el entorno de la piscina: mantener el área alrededor de la piscina libre de objetos innecesarios mejora la seguridad y previene accidentes. Un espacio ordenado no solo complementa el mantenimiento del agua, sino que también optimiza la experiencia de uso.
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