Una celebración que une tradición cultural y sentimiento religioso, donde participan más de un centenar de cofradías, cada una compuesta por 40 o 50 danzantes. La Dirección Regional de Comercio Exterior y Turismo (Dircetur) de Huánuco destaca la belleza de esta danza, sus hermosos trajes y sus orígenes.
La danza de Los Negritos es la más importante de la región y su escenificación está ligada a las festividades de la Navidad y los Reyes Magos y tiene tres momentos: Cofradía, adoración al Niño Jesús y despedida, donde se cierra el espectáculo en el que los danzantes se desprenden de toda la indumentaria hasta el 19 de enero.
Devoción al Niño Jesús
Los danzantes invaden las calles de la ciudad de Huánuco para renovar su fe en Dios, con danzas que evocan la devoción en el Niño Jesús, y en fechas importantes por este acontecimiento, como el 6 de enero, en Bajada de Reyes.
Durante tres semanas, la ciudad de Huánuco es un gigantesco escenario donde Los Negritos se lucen con su baile. Los danzantes muestran la belleza de sus vestuarios y sus máscaras.
El origen de esta danza es incierto. Es difícil precisar en qué año apareció por primera vez. La tradición refiere que esta estampa folclórica se origina durante la Colonia, otra refiere que se origina durante los primeros años de la República, cuando se decreta la liberación de los esclavos negros.
Una vez liberados, los afroperuanos invadieron la ciudad de Huánuco para danzar en sus calles y expresar con su baile la fe en el Niño Dios.
En la actualidad, los danzantes se desplazan en dos columnas, lideradas, cada una, por un caporal, quienes marcan el ritmo y, al llegar a sus destinos, se colocan al medio de las dos filas. Allí realizan diversas evoluciones, las cuales son seguidas por los demás integrantes, llamados como negritos de pampa.
Con el tiempo, los descendientes africanos desaparecieron y fueron reemplazados por los mestizos, quienes tuvieron que usar máscaras para mantener la tradición.
La danza
Desde el inicio de la festividad los integrantes de diferentes cofradías de Negritos bailan por las calles de la ciudad de Huánuco y compiten para lucir la belleza de sus vestimentas, agilidad y destreza al compás de la música.
El inicio del baile es realizado por ''los caporales'', representados por dos negros con los rostros cubiertos con máscaras relucientes de cuero. Ellos lucen elegantemente vestidos con trajes de terciopelo oscuro, bordados con hilos de oro y plata, cintas de cristal, lentejuelas, se visten con adornos caprichosos que cuelgan de su pecho y en los hombros portan charreteras doradas.
Complementan su vestimenta con vistosos sombreros de plumas de colores encendidos, colocándose cascabeles en las piernas para llevar conjuntamente con sonoras campanillas de bronce y gruesos látigos, el compás de su música contagiante, son los que señalan a la cuadrilla los pasos a seguir.
Otro personaje de la danza es el "corochano" que luce una raída chaqueta y larga barba. El personaje representa mediante su máscara a un viejo hidalgo de la nobleza española, quien con su matraca y látigo, que agita constantemente, gasta bromas al público y asusta a los niños.
Las manifestaciones de alegría y danzas de la cuadrilla de los Negritos con los demás personajes, es realizada alrededor de dos figuras centrales: ''el turco'' y ''la dama'', símbolos de la nobleza española y propietarios de la hacienda, quienes eran los dueños de los esclavos hasta el momento de su liberación. Otro personaje es el ''abanderado'', de raza blanca, que cubre su rostro con una careta de dicho color, quien se desplaza entre los negritos portando una bandera de libertad.
Con información de Andina.