Karime López: El arte de crear sabores

Gloria Montanaro

Cuando la mexicana Karime López terminó la secundaria le anunció a su madre que estudiaría idiomas. La respuesta que recibió fue contundente: «en esta casa se estudia o se trabaja, y si se estudia, se estudia en serio». Al día siguiente, ya tenía organizado un viaje a París para aprender francés y, lo que ella había creído serviría de excusa para librarse de los estudios, ahora era una curso a tiempo completo en otro país.

Una vez en Francia, Karime descubrió su vocación, la gastronomía, y decidió migrar a Sevilla para estudiarla. Así dio inicio a un periplo que la llevó por varios países, incluido el Perú.

Aquí llegó hace cuatro años por pedido del chef Virgilio Martínez. Primero a Lima, para un evento, y luego al Cusco, a donde se mudó por un año y tres meses, para la apertura de Senzo, en el Palacio Nazarenas.

Al cabo de ese tiempo, regresó a Lima para trabajar en Central. «Hicimos un buen click laboral. A la cocina la vemos muy parecido. El tema de la estética para mí es superimportante y para él también», reconoce.

Antes de que la buscara el hombre al mando del cuarto mejor restaurante del mundo, Karime había estado viajando por Sudamérica. Esperaba una visa de trabajo –que nunca llegó– para regresar a Japón, donde había hecho prácticas en el restaurante Ryugin, de tres estrellas Michelin, en Tokio. «Me encantaba estar ahí. Es muy difícil adaptarte, pero para mí fue superfácil, para mí fue pintado», cuenta.

A pesar de que sus padres son dueños de dos conocidos restaurantes en México DF, Humbertos y la Fonda 99.99, Karime nunca había pensado en ser chef. Su vocación, en un inicio, estaba más orientada a las artes plásticas. Un deseo que luego se volvió una cualidad culinaria: la persecución de una imagen refinada en sus platos. Una visión que comparte con Virgilio.

Hoy la mexicana lidera la creatividad y el desarrollo de los menús del restaurante más celebrado del país. Además, viaja por todo el Perú junto al grupo Mater Iniciativa, investigando nuevos productos para incorporar en sus recetas. A menudo se topa con frutos, semillas y raíces que la mayoría de peruanos jamás ha visto ni probado. «Yo llegué aquí sin saber nada sobre ellos. He aprendido un montón y me siento muy afortunada, porque es como que me regalaron el conocimiento», señala.

Perfil

Karime López tiene 32 años y es jefa de investigación del restaurante Central. Nació en México DF, pero

se crió en Querétaro, y se siente queretana. Estudió gastronomía en Sevilla. Está de novia hace dos años con

un peruano. Vive con Esther, una roommate española que se ha convertido en su familia aquí.