
Era septiembre del 2014, cuando Tana Rendón (35) —una influencer de moda ya consolidada— recorría las calles de París durante una de las semanas más agobiantes pero cautivadoras de la ciudad; la Semana de la Moda. Llegó a la capital francesa para grabar una campaña con una marca de maquillaje, en uno de los viajes más añorados de toda su carrera. “Estaba en la habitación del hotel cuando el gran maquillador Sergio Corbacho, me dio una entrada en primera fila para el desfile de Valentino” recuerda. En ese momento —con el reloj en contra— decidió ponerse un vestido corto y unas botas de la marca peruana Butrich y tomar el metro hacia Jardin des Tuileries, donde era el desfile. En la entrada del recinto, se tropezó con Bill Cunningham —pionero en fotografía de moda callejera— quien le tomó una de sus icónicas fotos e, incluso, apareció en uno de sus vlogs. Dos años después, Cunningham falleció y esa fotografía se convirtió en un recuerdo preciado de lo lejos que su carrera la ha llevado.
Tana tenía tan solo veinte años cuando incursionó en las redes sociales. Con la intención de apuntar sus resúmenes de clase, armó un blog escrito de moda que luego se convirtió en los cimientos de su imperio digital. Dos años después, estrenó su canal de Youtube, luego su perfil de Instagram y hoy comparte contenido por todas las plataformas digitales, incluido Tik Tok. Con más de medio millón de seguidoras en todos sus canales— ha logrado que sus consejos y asesorías de moda traspasen fronteras. Hoy no solo es una de las influencers de moda más reconocidas, también es fundadora de Le Coquelicot; su marca de ropa que este año cumple su sexto aniversario.

En el Día de la Mujer, la empresaria reflexiona sobre su camino hacia el éxito y comparte sus mejores consejos para otras mujeres que, como ella, estén buscando formar su propio camino.
-Cumples quince años trabajando en redes sociales, ¿cómo ha cambiado el paradigma digital desde que iniciaste?
Creo que ha cambiado en términos de velocidad, ahora todo pasa muy veloz. Por eso es muy difícil que alguien se enganche con un video largo, inclusive con una persona que está hablando tranquilamente, con pausas. Estamos acostumbrados a ver un video donde te explican cómo, no sé, coser un vestido de gala, por ejemplo, en treinta segundos. Entonces, creo que hay un sentido de urgencia. Y también hay demasiada dopamina y como le dicen algunos psicólogos, dopamina barata.
-¿Dopamina barata?
Sí, de esa que solamente llena el cerebro y al final el usuario está cansado, reactivo, y se nota en la hostilidad que se ve ahora en las redes sociales, ¿no? Y es lógico. Si tenemos un usuario que se ha pasado todo el día mirando un montón de cosas, que está cargado mentalmente —no solamente cosas positivas, también estresantes o preocupantes— finalmente termina siendo más reactivo, más hostil y sensible, ¿no? Pero por otro lado, también creo que ha cambiado de modo positivo. Por ejemplo, esta nueva fuerza increíble que tienen los usuarios de darle eco a cosas importantes: a temas de coyuntura, de gente que se une para poder lograr cosas, de ayuda social...¿no? Ese activismo digital, siento que es algo que no teníamos antes porque la gente era bastante floja para comentar en la época de los blogs o YouTube, y ahora se logran cosas muy interesantes.

-¿Ese activismo digital es una de los factores que más te gustan de las redes? ¿qué te enamora de este trabajo?
Definitivamente, lo que más me gusta es saber que tengo una comunidad, un eco que resuena conmigo, con mis pensamientos, y que me hace sentir segura de decir las cosas cómo, cuándo y porque quiero. Creo que la he trabajado, y se ha trabajado en conjunto, tanto mis chicas estando atentas a mí, y yo también, tratando de darles lo mejor de mí. Y se ha generado esta comunidad donde me entienden, y donde no quieren sacar de contexto ninguna cosa que digo. Ellas me hacen sentir tranquila y segura en este mundo de las redes sociales. Y también lo del activismo que mencionas, todo el apoyo que se puede crear cuando algo sucede. Por ejemplo, a veces me mandan fotos de muchos perritos que están perdidos y he tenido demasiados casos de éxitos en los que mi plataforma ha ayudado a encontrarlos. Pero un montón de casos, un montón. Y así con distintas causas. Entonces, me emociona que se logren grandes cosas, eso también es invalorable para mí.
-¿Cómo se logra ser exitoso las redes sociales de hoy en día? ¿algún consejo?
En mi caso, siempre voy a regresar a lo mismo: creando tu propia manera de comunicar, así sea que no vaya con las tendencias. Creo que cada vez los seres humanos nos estamos yendo hacia lo más puro, hacia lo más genuino, hacia aquello que nos diferencia. Me parece que está bien buscar destacar dentro del mar de publicaciones que hay, pero eso está más asociado a la cantidad de vistas o viralidad que se puede tener, cuando realmente creo que lo más importante es cómo impactas en esas personas, así sean diez personas, porque esas diez personas finalmente pueden ser tus diez clientes. Son personas que finalmente puedes fidelizar con algo en lo que tú sepas, ¿no? Creo que al final muchos en redes sociales, de alguna manera, están buscando negocios, ¿no? O conectar con un público para un fin social o un proyecto, ¿cierto? Entonces, las redes sociales pueden servir para ese impulso pero la idea es tener una comunidad bien rica, o sea, una angus beef, como le digo yo (ríe).
DE LAS REDES A LA GRAN EMPRESA
-Hace seis años, lanzaste tu marca de ropa, Le Coquelicot. ¿Cómo se construye un negocio desde cero?
Con mucho trabajo. Le Coquelicot inició hace seis años con venta 100% digital, y hace tres, abrimos nuestra primera tienda en Miguel Dasso (San Isidro). Naturalmente eso conllevó un montón de trabajo que ni calculaba, porque es una tienda que abre de lunes a domingo, que tiene todo un equipo de ventas, diseño y marketing. Liderar todo eso y estar atrás de la operación para hacer subsistir una marca que tiene sus costos fijos y sus grandes proyectos, es un montón. Me costó mucho volverme jefa, porque antes era yo sola, eso sí fue un shock para mí. Y de hecho durante mucho tiempo me enfoqué más en la marca, porque así lo necesitaba. Y en esos 3 años hemos logrado crear un equipo de 12 personas. Ahora la marca ya avanza tranquila, sin tanta necesidad de mí, y a mí me da un poquito más de tiempo para poder retomar mis contenidos.
-¿Influyó en tus inicios contar con una audiencia ya consolidada?
Sí, o sea me sirvió un montón (ríe). Cuando abrí la tienda en Dasso, la verdad es que entré con las expectativas súper bajas porque dije: “Bueno, tal vez las chicas (sus seguidoras) van a ir los dos primeros días y de ahí chau”. Incluso, me acuerdo que a mi novio en ese entonces, ahora esposo, le decía que no sabía realmente si sacar o no ese alquiler, porque no sé...¿qué pasaba si nadie iba? ¿qué voy a hacer? Porque es un contrato por varios años. Entonces, me acuerdo que me dijo: “Mira, hazlo, yo confío en ti, te va a ir increíble. Y si no, ya pues ni modo, nos mudaremos ahí” (ríe). Felizmente todo funcionó de maravilla, y ahí realmente me di cuenta que todo valió la pena. Imagínate, después de casi 13 años de trabajar en redes sociales, he logrado algo real. Lo que pasa es que uno no se lo cree mucho, porque sí, o sea, ves que te va bien en el post, ves que te contratan las marcas...pero de ahí a que un negocio subsista mes a mes, año tras año, pucha es difícil. Eso dice bastante del trabajo que estamos dejando, ¿no?

-En estos últimos años has lanzado colecciones icónicas y colaboraciones con otras marcas, ¿qué se viene en el futuro para Le Coquelicot?
Sí, nosotros hemos enfocado siempre el desarrollo de la marca en las piezas sellos. Tenemos muchos diseños que año a año tratamos de mejorar, como los detalles ondulados en las prendas o los vestidos funcionales que son bestsellers entre nuestras clientas. Y nuestros lazos, en tamaño grande o chico, que nunca faltan. Sobre nuestras colaboraciones, de hecho, el año pasado ha sido uno de los más bonitos de toda la existencia de Le Coquelicot porque hicimos nuestra colaboración con Snoopy y Peanuts, que es un nombre internacional. Fue un sueño hecho realidad para mí, y salió increíble porque vendimos todo lo que habíamos esperado vender en tres meses, en dos días. Cerramos el año con una colección junto a mi gran amiga, Jessica Butrich, que también fue un éxito. Este año, la colección de invierno va a estar muy bonita, muy coleccionable. Tenía muchas ganas de hacer algo así. Tiene mucha mezcla de colores y de bordados, corduroy y estampados que me gustan. Y a fines de año, vamos a abrir nueva categoría para sorprender a nuestro público...ya les contaré.
LA MATERNIDAD, SU NUEVO PROYECTO
-Hablemos de la etapa tan bonita que estás viviendo. A poco meses del nacimiento de tu primer hijo, ¿cómo te encuentras?
Estoy muy feliz y agradecida, navegando sin expectativas pero con muchas ganas de tener a mi bebé en brazos. Sorprendida absolutamente del cuerpo de la mujer, de cómo se puede transformar, de cómo es que todo también se vuelve tan real y crudo. Nunca me había sentido tan humana ni tan mujer. Físicamente es una locura, me ha explotado la cabeza ser tan consciente de mi cuerpo, mis movimientos...uno la verdad que ni siquiera lo piensa. Y entrando sin expectativas a esto de ser madre, porque entiendo que así esté planeada una maternidad, todo se ve ahí cuando ya tienes al bebé y de repente, todo cambia. Sé también que me voy a someter a cambios estructurales en mi rutina, pero también emocionales. No sé si salga igual, no sé si salga una Tana idéntica. Sé que muchas mujeres se pierden en el camino y demoran en regresar a ellas, pero me llama mucho la atención pasar por esta experiencia porque sé que es transformadora. Estoy entrando como si me fuera a meter al mar con un montón de olas, quiero disfrutarlo, pero bueno, vamos a ver cómo va todo.
-¿Cómo ha sido el embarazo hasta ahora? ¿qué mitos has derrumbado o qué has descubierto de la maternidad?
¡El de los primeros meses! Cuando estaba en mi primer trimestre recién me enteré por TikTok que esa etapa era horrible. Nunca me lo hubiera imaginado. Mucho cansancio, apatía y nada de ganas de comer. Ahora que ya estoy en el último, realmente solo estoy un poco cansada por el volumen de la panza porque siento que me aplasta cosas y durante las noches, un poquito más incómoda. Pero estoy feliz y con mucha resiliencia, tratando de decirme a mí y a mi cuerpo que estoy preparada para esto, que esto es natural, ¿no? O sea, no estoy pasando nada que no haya buscado porque yo busqué este bebé. Y dos, no soy la única mujer en este mundo que está viviendo esto. Así que, paciencia y resiliencia porque estoy haciendo lo mejor que puedo igual que todas las mamis allá afuera.

-En esa etapa de transformación, ¿cómo vives tu feminidad hoy?
Bueno, la verdad es que en esta etapa me he dado cuenta que las mujeres estamos hechas de magia, que es increíble la memoria que guarda nuestro cuerpo, ¿no? Que somos seres intuititivos y que lo sensibles que somos nos lleva a tener un entendimiento diferente del mundo [...]. El poder de transmutar, revivir, y tener toda esa resiliencia al enfrentar esta situación me tiene absolutamente enamorada de quién soy. Y desde el lado laboral, hoy me siento absolutamente afortunada de haber podido decidir a qué me quiero dedicar. Creo que es algo que no muchas mujeres en el mundo tienen la posibilidad de hacer: elegir dónde quieren estar, qué quieren hacer...elegir su propio camino. Aún hay muchas deficiencias y aún hay muchas diferencias, ¿no? Me hace sentir como empresaria muy bien dentro de mi piel, pero también con una responsabilidad enorme de poder compartir mis fórmulas y mi manera de emprender con otras mujeres para hacerlas sentir también poderosas. Yo soy una persona que, como tú dices, he trabajado mucho y he logrado esto que tengo, pero ha sido en base a mucha confianza y a una suerte increíble de poder tener las posibilidades tanto físicas como económicas y emocionales. Y me gusta a través de mis cuentas, inspirar a mis chicas también. Porque sé que no es el mismo camino para todas y muchas de nosotras necesitamos esos empujones de vez en cuando, ¿no? Sobre todo en un mundo que suele dudar mucho del poder de gestión de una mujer.
-En el marco del 8M, ¿qué reflexiones se vienen a tu mente?
Es un día que siento mucho, digamos. Siento mucho la indignación de todas las atrocidades que vemos y que no paramos de ver a diario. Solo porque somos mujeres, ¿no? Realmente me llena también de mucha incertidumbre saber cuándo finalmente será el día en el que paren todas los crímenes, las desgracias. Este 8M me hace sentir mucha sensibilidad por todo lo que aún no se avanza. Me queda de esperanza la unión que hay actualmente entre mujeres [...]. Me da un poco de fe saber de que hay tantas empresarias que están trabajando solas como mujeres. Me da gusto ver que hay tantas mujeres políticas, emprendedoras, activistas tratando de cambiar el rumbo de las cosas...solamente toda mi admiración hacia ellas.
(Foto abridora: @alexandrabehrphoto).