Por Karina Villalba
Ritmo cardíaco
Gracias a este ejercicio aeróbico, la frecuencia cardíaca aumenta, el corazón y los vasos sanguíneos también se ejercitan y trabajan más eficientemente.
Abdominales
La marcha constante e intensiva del ejercicio hace que los músculos de la zona abdominal se contraigan y quemen grasa.
Capacidad pulmonar
Correr maximiza la capacidad de tus pulmones, lo que permite proveer a tu organismo de más oxígeno.
Brazos firmes
La carrera continua y el ligero movimiento que realizan durante el ejercicio fortalecen los músculos de los brazos.
Glúteos firmes
Correr hace trabajar y endurecer los glúteos. Mientras más empinado o exigente sea el terreno, más esfuerzo se le exigirá a esa zona.
Muslos tonificados
Con la práctica regular de esta disciplina puedes adelgazar los muslos, quemar grasa y ganar masa muscular.
Rodillas
Contrariamente a lo que se cree, correr disminuye el riesgo de problemas de articulaciones a menos que lo hagas de forma incorrecta o con sobrepeso.
OTROS ASPECTOS POSITIVOS
Salud mental. Relaja la mente, te conecta contigo misma. Además, hay estudios que demuestran que correr ayuda a disminuir algunos trastornos psicológicos.
Fuerza física. Con la constancia en la carrera cobras más resistencia física, te haces más fuerte. También ayuda a mejorar el equilibrio.
Presión sanguínea. Correr ayuda a tratar y prevenir la hipertensión. Además, su práctica disminuye los riesgos de infartos o enfermedades cardiovasculares.
Sistema inmunológico. Tu cuerpo está más alerta y eficiente en la lucha contra posibles enfermedades.
Problemas respiratorios. Ayuda a mejorar tu sistema respiratorio pues exige más oxígeno.
Huesos. Correr estimula el aumento de la densidad ósea.