El cuidado siempre ha estado asociado a la figura de la madre y no se ha contemplado como trabajo remunerado.
El cuidado siempre ha estado asociado a la figura de la madre y no se ha contemplado como trabajo remunerado.
Instituto Peruano de Economía  (IPE)

¿Cuánta productividad pierden los peruanos a causa del tráfico? ¿Cómo afecta el tiempo dedicado a trabajos no remunerados a la desigualdad entre hombres y mujeres? ¿Por qué los hombres, aún con mayor tiempo dedicado al ocio, destinan menos horas a las tareas domésticas? ¿Qué problemas puede generar en la salud física y mental la insatisfacción en los tiempos dedicados a las amistades o a uno mismo? Recientemente, el INEI publicó los resultados de la Encuesta Nacional del Uso del Tiempo (ENUT) 2024. Este estudio, que se realiza 14 años después de su primera edición, contiene información sobre cómo los peruanos organizan su día y es clave para mejorar el diseño de las políticas públicas.

Tiempo perdido en el tráfico

Lima es una de las ciudades con mayor tráfico a nivel mundial. De lunes a viernes, el trabajador promedio destina 107 minutos a trasladarse hacia y desde su centro de labores. Así, en la capital no solo se tarda 70% más que en el resto urbano (63 minutos), sino también se pierde más tiempo que en otras capitales de la región. Por ejemplo, en la Región Metropolitana de Chile, el tiempo de traslado promedio es de 87 minutos, 20 minutos menos que en Lima, según su ENUT 2023. En total, se estima que el trabajador limeño promedio pasa cerca de 10 horas a la semana en el tráfico.

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Maro Villalobos
Tráfico vehicular. (Fuente: iStock)
Tráfico vehicular. (Fuente: iStock)

El tiempo de traslado varía según la zona de residencia. Así, mientras que en Lima Centro las personas tardan 96 minutos al día en ir y volver de su trabajo, en Lima Norte el promedio se eleva a 128 minutos, más de dos horas diarias. Además, este problema se agrava en las áreas más alejadas. Por ejemplo, los trabajadores en viviendas sin acceso a agua, desagüe o electricidad pierden 12 minutos más en el tráfico que el resto.

Tiempo libre y trabajo no remunerado

A lo largo de su vida, las mujeres destinan, en promedio, 35 horas a la semana al trabajo no remunerado. Es decir, un quinto de su tiempo se destina principalmente a cocinar, limpiar y cuidar de otros miembros del hogar. En comparación, los hombres destinan menos de la mitad de ese tiempo a dichas actividades (15 horas). Si bien las diferencias entre ambos se dan desde niños, el problema es mayor entre los adultos de 31 a 40 años, cuando las mujeres destinan cerca de 45 horas a la semana al trabajo no remunerado, tres veces el promedio de los hombres en esa edad. Más aun, las mujeres deben esperar hasta los 56 años para que esta diferencia con los hombres vuelva a ser menor de 20 horas. Esto es grave, sobre todo considerando que se trata de la etapa con mayor potencial productivo de las personas: los trabajadores entre 21 y 55 años generan el 72% de los ingresos laborales totales a nivel nacional.

Trabajo no remunerado y tiempo en llegar a casa. (infografìa: Antonio Tarazona)
Trabajo no remunerado y tiempo en llegar a casa. (infografìa: Antonio Tarazona)

Producto de la distribución desigual del trabajo doméstico, los hombres disfrutan de mayor tiempo libre. En promedio, ellos destinan 20 horas a la semana al ocio, tres horas más que las mujeres. Además, los hombres descansan más: en promedio, duermen 27 minutos más al día que las mujeres, aproximadamente tres horas extra a la semana.

Debido a ello, las mujeres muestran una mayor insatisfacción con su uso del tiempo. La mayor diferencia con los hombres se da en el tiempo destinado a uno mismo, donde las mujeres están nueve puntos porcentuales más insatisfechas que los hombres (26% vs. 17%). Solo en el cuidado de los hijos y de otras personas, los hombres muestran una mayor insatisfacción.

El tiempo es dinero, pero también es bienestar. Los resultados de la ENUT 2024 muestran un uso ineficiente del tiempo: se pierden muchas horas en el tráfico, y el reparto de trabajo y ocio es desigual. Así, resulta en importantes pérdidas de productividad e insatisfacción. Las autoridades deben explicar cómo estos datos serán utilizados para optimizar, por ejemplo, las estrategias de cuidado infantil y el ordenamiento del transporte urbano. Una asignación más eficiente de los tiempos resulta clave para el desarrollo de una economía más competitiva.

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