La Navidad se aproxima y, con ello, un ambiente de amabilidad y generosidad se apoderan de los distintos espacios sociales. Con esta última característica llegan los intercambios de regalos, una costumbre que fue adoptada desde hace años dentro del entorno laboral. Así, surge una pregunta: ¿es positivo hacerlos en el trabajo?
“Los intercambios de regalos, así como cualquier otra actividad que implique la integración de los colaboradores, son positivos porque muestran a las personas en una faceta distinta a la laboral y eso acerca más a los miembros de una organización”, asegura Rosa María Fuchs, especialista en gestión de personas.
Distintas actividades como el intercambio de regalo generan sentido de pertenencia y ayudan a mejorar el ambiente laboral. Esto se verá reflejado en la productividad de los colaboradores y; asimismo, al aproximarse un período de alta intensidad como son los cierres de año, resulta oportuno un espacio para reducir tensiones.
Por otro lado, la participación de los altos mandos de una empresa suman a la causa si se trata de generar un mejor espacio laboral. Según la especialista, la participación de los jefes de la oficina resulta positiva por el impacto que tendrán en sus colaboradores. “No resta autoridad participar en este tipo de actividades, más bien genera mayor confianza y sensación de pertenencia a un equipo integrado.”
A tener en cuenta...
Para Fuchs, existen factores que resultan primordiales al momento de realizar estas actividades:
►Al momento de realizar estos eventos se debe contemplar que participen solo las personas que deseen. La predisposición a participar de estos momentos es de suma importancia.
►Se debe considerar el precio de los regalos. Los montos máximos y/o mínimos debe estar al alcance de todos los participantes, para no poner en aprietos a ninguno de ellos.
►¿Quién no ha recibido, alguna vez, un regalo que no era de su gusto? Fuchs recomienda que se discuta el tipo de regalo que se desea recibir para que, al fin de la noche, no se termine cenando entre chocolate, pavo y desilusión.
►Si bien es cierto que la Navidad es una celebración de unión, no hay que olvidar que tiene esencia religiosa y ello puede resultar muy incómodo para personas que no compartan esas creencias. Por ello, resultaría ideal centrar la reunión en el recuento de las metas conseguidas por el grupo y la planificación de los objetivos laborales para el siguiente año.
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