Empresas que se comprometen con los objetivos de desarrollo sostenible generan mayor valor a sus negocios

Las empresas en el Perú y el mundo están tomando conciencia sobre una serie de temas relacionados a la sostenibilidad. Esto ha hecho que muchas apliquen mejores prácticas para generar un mejor clima y que el futuro los encuentre en mejor posición.

Un claro ejemplo es lo que viene haciendo la organización de empresas Perú 2021, que promueve el cumplimiento de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) planteados por las Naciones Unidas y la agenda 2030.

Micaela Rizo Patrón, gerente general de Perú 2021, comentó que vienen trabajando en varios frentes. A fines del 2018 activaron el programa Perú Sostenible, que es una continuación de lo que venían haciendo hace 20 años. Y el elemento más importante dentro de este programa son las mesas de acción por las ODS, que busca articular al sector privado, público, la academia, ONG y la sociedad civil ante cada reto específico de los ODS.

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“Hacemos doble clic en temas de agua de calidad, de acceso y eficiencia en el consumo, cambio climático, equidad de género, entre otros. Cada ODS tiene varias rutas, las mesas de acción abren este espacio, exploran y no se quedan en el diálogo, sino que buscan llevarlo a herramientas que existen para que las empresas y ciudadanos se activen en ayudar a reducir brechas por cada tema”, sostuvo.

Recientemente, lanzaron el primer Mapa Interactivo donde se pueden ver más de 240 iniciativas a nivel nacional, identificando en qué regiones inciden y qué impacto tienen. La idea es visibilizar las iniciativas y escalarlas para que se puedan realizar, dijo Rizo Patrón.

En cuanto a las metas, señaló que Perú reporta año a año los avances a través del Centro Nacional de Planeamiento Estratégico (Ceplan) y el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) a Naciones Unidas. Y por su lado, Perú 2021 a través del programa Perú Sostenible, cuanta con distintos indicadores de acuerdo a cada ODS.

Refirió que ahora en julio saldrán con un informe resumen e irán midiendo el avance en las mesas y de cada ODS en específico cada año hasta llegar al 2030.

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ACCIONES CONCRETAS

Para Beatriz Boza, socia y líder regional en Gobierno Corporativo y Familias Empresarias de EY Perú, estas iniciativas empresariales giran en torno a lo que se conoce como políticas ASG (ambiente, social y gobernanza). Cree que estas tres letras han adquirido un nuevo significado durante la pandemia y hacia adelante cobran mayor importancia para las empresas.

En el aspecto ambiental, las compañías incrementan el número de iniciativas de sostenibilidad impulsados por una mayor demanda de los grupos de interés, que les exigen evaluar sus impactos, riesgos y comunicar este desempeño.

Nadia Malpartida, gerente de servicios de sostenibilidad y cambio climático de EY Perú, resaltó que si no gestionas estos riesgos medioambientales puedes tener no solamente un daño reputacional, sino problemas con inversionistas y organismos reguladores.

Precisó que una iniciativa donde las empresas están poniendo foco es el tema de medir las emisiones a través de la huella de carbono. El Ministerio del Ambiente en el 2019 lanzó Huella de Carbono Perú, una plataforma gratuita que ha permitido a más de 120 compañías medir sus emisiones y generar un reporte. También sirve para verificar la información, así como reducir y neutralizar la huella con acciones más estratégicas.

Otra tendencia en este sentido es que un grupo de empresas que cotizan en la Bolsa de Valores de Lima han sido invitadas a participar del ranking de sostenibilidad de Dow Jones ‘Sustainability Index’, el más reconocido a nivel mundial.

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“Estas empresas se vienen adecuando a este tipo de evaluaciones, que son muy exigentes, donde no solo te miden por el impacto en la comunidad, sino por temas de gobernanza, desempeño económico, ambientales y sociales. Hay mayor rigurosidad y las empresas se están adecuando internamente para mejorar su desempeño en cada criterio de evaluación”, precisó Malpartida.

En cuanto a temas sociales, Boza sentenció que hay una parte externa e interna y en ambos casos se ven cambios importantes. En la interna de las empresas, había antes una preocupación por la línea de carrera, atraer al mejor talento, y la sucesión en puestos claves, y ahora hay una preocupación por el bienestar del colaborador. Más aun ahora que hay tantas personas contagiadas y muchos colaboradores tienen familiares cercanos que han fallecido.

Y en el flanco externo están las muestras de solidaridad de la empresa. Varis empresas están haciéndose presentes ante las carencias del sistema público de salud, buscando ayudar. En el caso de EY Perú donaron dos plantas de oxígeno.

Mientras que en el factor de gobernanza, en términos de la composición de las juntas directivas y directorios es una apuesta por una mayor diversidad.

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ACCIONES CON VALOR

¿Qué motiva a las empresas a llevar a cabo estas acciones? Para Micaela Rizo Patrón, de Perú 2021, es importante entender la diferencia entre Responsabilidad Social Corporativa (RSC) y desarrollo sostenible. Mientras que las acciones de RSC iban de la mano de la filantropía, no estaban relacionadas al eje central del negocio.

En su caso, con las ODS dejaron de enfocarse en RSC para centrarse en desarrollo sostenible de crecimiento económico, impacto social y ambiental. “Es importante porque tiene que estar conectada al core de cada negocio, con impacto en su gestión, buscando todos los frentes donde una empresa puede incidir, pensando que tu negocio va a estar mejor si la sociedad con la que trabajas está mejor”.

Beatriz Boza coincide y señaló que no es por caridad, sino como algo intrínsecamente vinculado a su modelo de negocio, “y quien no lo ve así se está poniendo las pilas, y el resto se queda rezagado, porque el mercado hoy día lo demanda”.

En tanto, Nadia Malpartida sostuvo que hace unos años se podía ver de una manera voluntaria o altruista, pero ahora ya es un tema que genera valor para el negocio. Incluso, para responder a las exigencias del mercado, estos temas se ven a nivel junta de directorio y ya se exigen resultados. “El impacto del COVID dentro de las organizaciones ha hecho que se priorice el valor humano o social frente al valor financiero”, apuntó.

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