Su germinación demora entre ocho y diez días. El árbol adulto puede llegar a los diez o doce metros de altura.
Su germinación demora entre ocho y diez días. El árbol adulto puede llegar a los diez o doce metros de altura.
Diana Gonzales Obando

Su fama crece exponencialmente. En los motores de búsqueda, la palabra moringa cada vez arroja más resultados, entre páginas web, artículos periodísticos, blogs y redes sociales. Algunos la llaman el ‘árbol de la vida’ y es original de la India. Nuestro país no es ajeno a su cultivo. Desde 1999 el árbol de moringa crece en nuestras tierras, específicamente en Villacuri, en Ica, y sus poderosos atributos han llamado la atención del Ministerio de Agricultura y Riego del Perú (Minagri).

Actualmente, el clima de Tumbes ofrece el mejor ambiente para el crecimiento de este árbol capaz de tolerar las sequías y las zonas áridas, pues requiere poca agua. Son tan interesantes sus características que el Minagri viene desarrollando el Proyecto Especial Binacional Puyango-Tumbes. ¿En qué consiste? Según Manuel Leiva, director ejecutivo del proyecto, se tienen dos héctareas listas para la instalación de parcelas demostrativas de moringa. La finalidad es trabajar con los agricultores y que estos puedan conocer sus beneficios y puedan cultivarla como alimento para la ganadería.

“Como tiene una capacidad muy grande de proveer proteínas y nutrientes diversos, creemos que va a ser excelente para alimentar al ganado en condiciones de escasez de lluvia y también se podría ensayar la producción de alimento balanceado para la acuicultura. Tumbes tiene la mayor extensión de cultivo de langostinos y lo vamos a probar”, declaró Leiva. Para ello trabajarán con la Universidad Nacional de Tumbes y sus facultades de Ingeniería Pesquera e Industria Alimentaria, porque también tiene un gran potencial para complementar la alimentación humana. Dado que es más resistente a las lluvias y se conserva mejor bajo el calor y las altas temperaturas, “sería un complemento fenomenal para el forraje del ganado”, añade el funcionario.

El cultivo de moringa también puede rescatar a uno de nuestros árboles más emblemáticos que se encuentra ahora en peligro de extinción. Nos referimos al algarrobo, tristemente explotado como leña en los hogares rurales y carbón en las pollerías, sumado a los efectos sufridos por el cambio climático: “Años atrás ––recuerda Leiva––, la vaina del algarrobo proveía de alimento al ganado. Era un excelente complemento de su dieta y floreaba hasta en la peor sequía. Nunca dejaba de producir y los ganaderos podían confiar en guardar las vainas para épocas de crisis”. Sin embargo, en la última década, esa floración se tornó muy escasa. “En Tumbes hay escasez de vaina de algarrobo. Si tenemos la moringa y la desarrollamos para complementar este alimento, estamos compensando un efecto del cambio climático en este bosque que era forrajero por excelencia”.

Moringa
Moringa

—Mayor investigación—
Si bien el árbol de moringa tiene beneficios para la salud humana, todavía hay que ser precavidos respecto a su consumo. La nutricionista y catedrática Evelyn Paan, secretaria de Imagen del Colegio de Nutricionistas del Perú, nos habló de las mejores formas para consumirla: “Ayuda a reducir los valores de colesterol. Sobre la diabetes, ayuda a bajar los niveles de glucosa en sangre y los niveles de hemoglobina glucosilada. También se ha visto que puede regular la presión y tener efectos positivos en el cáncer de piel y los papilomas”. Sin embargo, nos recuerda que todavía hacen falta mayores estudios científicos que generen evidencias, más allá de la información anecdótica y testimonial que se pueda encontrar en internet. “Necesitamos información científica validada por análisis en poblaciones amplias que puedan confirmar sus cualidades”, detalla.

Por ahora se sabe que sus hojas son ricas en hierro y se las podrían considerar para combatir la anemia; sin embargo, Paan afirma que también presenta cantidades de fibra y
antinutrientes que no dejan que el cuerpo absorba todo el hierro. “No solo se debe cultivar ––recomienda—, sino también desarrollar toda una industria alrededor de esta planta y usar biotecnologías”.

Es decir, profundizar para reconocer todos sus beneficios, dosis y formas de consumo. “Las plantas suelen tener antinutrientes y toxinas, entonces es necesario saber qué cantidades son las adecuadas para consumir”, complementa la nutricionista. “No la recomendaría para niños y madres gestantes. Sí, para personas con diabetes, colesterol y triglicéridos elevados, pero siempre como parte de un estilo de vida saludable y siguiendo las recomendaciones médicas”, alerta.

Como en muchos otros casos, estamos frente a una mina de oro que nos regala la naturaleza, solo hace falta continuar con las investigaciones sobre sus propiedades y fomentar su consumo de manera responsable.

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