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Las quejas de los conductores que atraviesan diariamente los peajes de las carreteras Panamericana Norte y Sur tienen todos los visos de repetirse el próximo año, ya que el aumento en las tarifas que entrará en vigencia el 19 de noviembre no será el único. Es muy probable que Rutas de Lima efectúe otro 'reajuste' en la segunda mitad del 2015.
Sin embargo, los aumentos no se limitan a las Panamericanas y al peaje de la avenida Huaylas (a cargo también de Rutas de Lima). En la Vía de Evitamiento, donde trabaja Línea Amarilla (de Vía Parque Rímac), es muy probable que ocurra lo propio también a fines del próximo año. Todo esto porque ambas concesionarias tienen toda la potestad de hacerlo porque sus respectivos contratos lo permiten.
► Peajes en Evitamiento subieron en diciembre del 2013
En los peajes de la Panamericana Norte, Sur y en Huaylas, además del aumento del 19 de noviembre, se tiene programada una segunda alza para cuando se logre avanzar un 50% de las obras obligatorias en las carreteras, lo que seguramente ocurrirá antes del 2016, según estimaciones de Rutas de Lima.
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En la última columna figura el tarifario final con el último aumento que afectará al transporte pesado.
De otro lado, en Evitamiento se espera un nuevo reajuste el próximo año debido a que el contrato suscrito en el 2009 señala que los peajes se pueden modificar cada 12 meses. Los incrementos se harían desde el 2015 y serían proporcionales a la inflación anual del país. Sin embargo, Vía Parque Rímac no tiene todavía montos o fechas específicas hasta el momento.
CONTRATOS LO PERMITEN
Estas alzas que se vienen en los próximos meses tienen todo el respaldo de la ley ya que se basan en sus respectivos contratos, los cuales pudieron haber sido formulados de una manera diferente y “más favorable para el público usuario”.
“Lo ideal hubiera sido que la Municipalidad de Lima llegue a un acuerdo con la empresa para que los aumentos de los peajes se efectúen una vez terminadas las obras, no antes. Si una empresa pide lo contrario porque no alcanzan los recursos, entonces se hubiera buscado a alguien que pida un subsidio mínimo”, dijo a El Comercio el regidor del PPC y economista Pablo Secada.
De haberse realizado un concurso, se habrían podido formular contratos con menos alzas a cambio de reducir la magnitud de las obras. “Esto ocurre porque el municipio quiso meterse en una obra gigante a pesar de tener una billetera pequeña, en lugar de formular una buena asociación público privada”, añadió el regidor, quien atribuyó esta situación a la “falta de experiencia” de la gestión de Susana Villarán.