Un cruce de caminos. Una distracción. Un segundo. A veces, eso basta para que la rutina se transforme en caos. Un accidente de tránsito puede cambiar una vida –o varias– en un instante. ¿Estamos preparados para ese momento? Tal vez, nunca. Por eso existen herramientas que pueden marcar la diferencia entre la incertidumbre y la tranquilidad: los seguros obligatorios.

En el Perú, el artículo 1970 del Código Civil establece que quien causa daños con actividades riesgosas está obligado a repararlos. En línea con este principio, la Ley 27181 dispone que todo vehículo automotor que circule por el país debe contar obligatoriamente con un seguro que cubra los daños personales ocasionados en accidentes de tránsito. Este marco legal respalda dos alternativas: el Seguro Obligatorio de Accidentes de Tránsito (SOAT), ofrecido por aseguradoras privadas a nivel nacional, y el Certificado Contra Accidentes de Tránsito (CAT), brindado por Asociaciones de Fondos Regionales o Provinciales (Afocat), destinado exclusivamente al transporte público provincial y urbano de personas, incluidas mototaxis.

Los accidentes de tránsito son cada vez más frecuentes en nuestras ciudades y carreteras. Solo en el 2024, el SOAT atendió más de 68.000 siniestros, con pagos que superaron los S/333 millones. Por su parte, las Afocat, mediante el CAT, cubrieron más de 11.000 accidentes, desembolsando más de S/23 millones. Más del 60% de estos recursos se destinaron a atención médica. En el mismo año, se emitieron más de 3,9 millones de pólizas SOAT y casi 416.000 CAT, siendo Lima Metropolitana la región con mayor cobertura y siniestralidad.

Frente a estas situaciones, contar con un seguro no debe verse como un trámite más, sino como una decisión responsable que protege nuestra economía personal y familiar. Es, en esencia, una inversión en seguridad, bienestar y formalidad.

Tanto el SOAT como el CAT garantizan atención médica inmediata e incondicional a las víctimas de accidentes de tránsito, sin necesidad de determinar la responsabilidad del hecho. Basta con que el seguro esté vigente y se demuestre el accidente para que la cobertura entre en efecto. Ambos seguros cubren gastos médicos hasta por cinco UIT; indemnizaciones por incapacidad temporal, invalidez permanente o fallecimiento, así como gastos de sepelio.

Contar con el SOAT o el CAT no solo protege la vida y la salud: también es una señal de compromiso con la formalidad. Cumplir con esta obligación legal contribuye a construir un sistema vial más justo y solidario, donde todos asumimos nuestra cuota de responsabilidad. La SBS, como ente supervisor del sistema financiero y de seguros, cumple un rol clave en esta tarea: vela porque aseguradoras y las Afocat cuenten con recursos suficientes para cumplir con el pago de las coberturas ofrecidas y supervisa la emisión adecuada de estas pólizas en todo el país.

Con ese objetivo, la SBS ha implementado el Reporte de Siniestralidad SOAT/CAT, una herramienta gratuita y accesible en su portal web. Este servicio permite consultar el historial de accidentes de tránsito registrados en los últimos cinco años por vehículos asegurados, incentivando una conducción más responsable y facilitando a las aseguradoras y Afocat a establecer tarifas basadas en el historial real de siniestros. Puedes consultarlo en:

En un país con alta siniestralidad vial, fomentar una cultura del seguro es una necesidad urgente. Una cultura que valore la prevención, que entienda que el seguro no es un gasto, sino una forma de proteger lo más valioso: la vida. La SBS trabaja para impulsar esa transformación cultural desde la educación financiera, la transparencia y el acceso a información útil para los ciudadanos.

*El Comercio abre sus páginas al intercambio de ideas y reflexiones. En este marco plural, el Diario no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta.

Carlos Izaguirre Castro es Superintendente Adjunto de Seguros de la SBS

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