"No te apoyo, Chorri", por Pedro Canelo
"No te apoyo, Chorri", por Pedro Canelo
Pedro Canelo

En su cuarto de hora más lapidario, quiso jugar a los soldaditos de plomo con los personajes más emblemáticos del tantas veces caído balompié peruano. Con su libro autobiográfico los derribó uno por uno haciendo gala de la misma puntería que usó para reventarle el arco al uruguayo Siboldi en las Eliminatorias para Francia 98. Comenzó por el ex compadre Nolberto Albino Solano y se guardó los últimos dardos para darle un final poético al prestigio de ese fabricante de versos llamado Del colombiano escribió que cuando fue técnico de la selección peruana trabajaba menos que Farid Ode o Andy V. Ponzoñoso, letal aunque también con un censurable efecto retardado. Cuando tuvo la oportunidad de decirlo, prefirió callar. Sacar a estas alturas tantas escenas de sus expedientes secretos más que un acto de justicia, suena a un afán exagerado de gritar un último gol sin estar en las canchas. Roberto Palacios, el futbolista más querido de los últimos veinte años, hace mucho tiempo nos está gritando que le debemos un aplauso. Que le debemos un abrazo.

Queríamos tanto al ‘Chorrillano’ que es difícil decirle que está muy equivocado. Pudo elegir un libro sobre el esfuerzo y cómo ser ídolo en un país futbolero sin Mundiales, pero en muchas páginas de “El último héroe del fútbol peruano” hay mucha tinta derramada en zona de conflicto. Palacios pierde una valiosa oportunidad para seguir afianzando el crecimiento de una literatura casi virgen en el Perú: la literatura deportiva. Los esfuerzos de periodistas y compatriotas como, Ricardo Montoya o Miguel Villegas (“Padre Nuestro”, su libro, se presenta hoy) podrían acompañarse de autobiografías más cuidadas y trabajadas. El libro del ‘Chorri’, con algunas imprecisiones de espacio y tiempo imperdonables, más se está vendiendo como una provocación a sus ex compañeros de camerino y técnicos. Quiso ganarse más peleas que Maicelo.

Existe mucha nostalgia del futbolista retirado, aquí hasta podría hacerse un estudio sobre el síndrome del ex jugador peruano. Les cuesta irse, hay un miedo intenso a apagar la luz y cerrar las puertas del último estadio. Personajes como el ‘Chorri’ surfean felices por las olas del recuerdo intacto. En el fútbol local hay más tiempo pasado que feliz presente. Cantamos el ‘Perú Campeón’, repetimos ochenta veces la hazaña del Centenario en el 81 y le rendimos tributo cada fin de semana a los históricos de México 70. Nunca seremos si vivimos de lo que fuimos. A un mes de las Eliminatorias para Rusia 2018, puede ser buen momento de despedirnos de esos viejos posters y esos cassetts de VHS con modestas alegrías del ayer. Merecemos algo más grande, a ese fútbol peruano en blanco y negro nos toca ponerle un poco de color. Adiós Roberto, gracias por todo. Buena suerte y hasta luego.