Patrimonio en emergencia

Machu Picchu es patrimonio de todos los peruanos y es nuestro legado al mundo. Cuando un compatriota conversa con extranjeros sobre nuestro país, el santuario histórico es el principal punto de referencia. Es motivo de orgullo y un tesoro invaluable que todos debemos proteger. El reciente pronunciamiento de los gremios empresariales y profesionales del sector turismo del Cusco representa un llamado de atención que no debe ser desatendido por nuestras autoridades, en especial el Ministerio de Cultura.

En un comunicado, apuntan una serie de problemas, como la desorganización en los accesos, el cierre de circuitos sin coordinación técnica, y deficiencias en el sistema de venta de boletos. Todo ello, advierten, pone en riesgo el valor universal excepcional de la ciudadela inca, por lo que plantean que el Estado declare en emergencia la gestión del Santuario Histórico de Machu Picchu.

Hace un par de meses, la contraloría emitió además un informe en el que advierten el riesgo de la sobrecarga turística para su conservación y señalaron que esta situación podría llevar a que Machu Picchu sea incluido en la lista de Patrimonio Mundial en Peligro de la Unesco.

Posteriormente, el portal internacional Travel and Tour World colocó al sitio arqueológico en la lista negra de destinos turísticos “que ya no vale la pena visitar”. Esto debido a la saturación de visitantes y los altos costos. El Ministerio de Cultura emitió un comunicado para rechazar la publicación y descalificar al citado medio, pero sin plantear una solución concreta a la crítica situación operativa del lugar.

Nuestras autoridades deben asumir su liderazgo y enfrentar los problemas de fondo en vez de limitarse a desmentir a informes periodísticos del extranjero. En vez de evadir las críticas, deben escuchar a los actores locales. Además del estado de emergencia, los gremios están proponiendo una reorganización inmediata del modelo de gestión. Se requiere fortalecer urgentemente la supervisión e impulsar el turismo sostenible, trabajando de la mano con todos los agentes del sector. Preservar uno de los sitios arqueológicos más importantes del mundo requiere decisión y compromiso. Machu Picchu debe seguir siendo nuestro orgullo nacional y no un tesoro amenazado por la negligencia.