Editorial El Comercio

Ayer, este Diario presentó en la sede principal de la Superintendencia de Transporte Terrestre de Personas, Carga y Mercancías () mil papeletas ciudadanas generadas con la ayuda de nuestros lectores en lo que va del año, en el contexto de nuestra campaña .

Se trata del registro fotográfico y audiovisual enviado por ellos de vehículos que han ocupado ilegalmente la vía auxiliar de la carretera a lo largo de este verano; particularmente los fines de semana. Como se sabe, esa vía tiene por objeto servir como espacio para la atención de emergencias, razón por la que, salvo en esos casos, debe quedar libre y, sobre todo, no ser utilizada como un ardid para sortear las incomodidades del tráfico que produce la migración a las playas y balnearios del sur los sábados y domingos. Es un mal hábito de los conductores que transitan por esa y otras vías ignorar esa disposición y adelantar a los otros automóviles invadiendo ese espacio, conocido como “berma”.

Esa invasión está identificada en el Reglamento Nacional de Tránsito como la falta G11, infracción grave que se sanciona con una multa de 8% de una UIT (428 soles en la actualidad) y la pérdida de 20 puntos en el carnet de conducir de la persona que comete la transgresión. El Reglamento Nacional de Tránsito faculta a cualquier persona a presentar una denuncia contra los choferes que cometen infracciones, por lo que la campaña que inició El Comercio al habilitar el número de WhatsApp 937-714-189 para recibir tales denuncias es una iniciativa y una herramienta ciudadana legítima. Nos hemos ocupado, además, de que cada una de esas “papeletas ciudadanas” vaya acompañada de la placa y el nombre del propietario del vehículo en cuestión, así como de la fecha, hora y lugar del ingreso indebido a la vía auxiliar. Corresponde ahora a las autoridades proceder conforme a ley y sancionar a los infractores, que, según hemos comprobado, son individuos que realizan el servicio informal de transporte y acumulan por ese motivo importantes deudas por otras papeletas.

El objetivo principal de nuestra iniciativa, por cierto, no es solo que se castigue a los malos conductores, sino también generar una conciencia colectiva sobre la importancia de respetar las normas de tránsito y las consecuencias de no hacerlo. Ayer hemos cumplido un hito relevante en ese esfuerzo, pero hay mucho más por hacer y estamos comprometidos a continuar en ello.


Editorial de El Comercio

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