Lima es una ciudad cada vez más insegura. Bandas de rateros incursionan en las casas despojando a sus dueños de objetos valiosos y de dinero. Se multiplican también los asaltos en la calle, y las víctimas de estos malhechores para no ser golpeados o incluso perder la vida tienen que entregar carteras, relojes y otras joyas. Los delincuentes pululan en los tranvías y en la salida de los cinemas y teatros. Es comprensible la zozobra que reina entre la población y urge que las autoridades de policía tomen las medidas para erradicar esta plaga.
H.L.M.