(Ilustración: Víctor Aguilar Rúa).
(Ilustración: Víctor Aguilar Rúa).
Hace 100 años

En el departamento de Áncash, entre las provincias de Huaylas y Pallasca, existe un tesoro que por sí solo podría constituir un símbolo digno de ser esculpido en nuestro escudo nacional. Se trata de una imponente caída de agua que sabiéndola aprovechar podría convertirse en una gran fuente de energía, que tanto necesitamos no solo para la iluminación de ciudades sino para la industria. Entre 1913 y 1915, el ingeniero Santiago Antúnez de Mayolo preparó los planos para la construcción de una central hidroeléctrica. Los entregó al Ministerio de Fomento y allí están. H.L.M.

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