La industria norteamericana, en las más diversas especialidades y ámbitos, crece de una manera verdaderamente increíble. Se trata no solo de cubrir el mercado interno, sino las exportaciones que llegan a todos los continentes. Importantes astilleros norteamericanos han visitado repetidamente Inglaterra con el propósito de contratar los servicios de ingenieros y operarios navales. Los sueldos son muy altos y, obviamente, cada vez más los mejores técnicos ingleses se instalan en el Nuevo Mundo. En ese mismo camino está la industria naval canadiense. H.L.M.
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