
Los admiradores de la cultura física, tan encomiada en los días actuales, registran con sorpresa la desaparición de dos ases de la fuerza, con solo el intermedio de dos días. En Berlín murió Segismundo Breitbart, el héroe que tenía una piel al parecer impenetrable. Y, sin embargo, ha sido un simple rasguño, según cuenta el cable, la puerta abierta a la infección que en pocas horas lo mató. Aún no disipada la sorpresa por la extraña manera como fue vencido el atleta, otro cable anuncia la muerte en Londres de Eugen Sandow, acaso la figura más popular como exponente de la fuerza física.









