La Navidad sirve para recordar historias olvidadas de los inicios de la era cristiana, como la leyenda de los Reyes Vagos.
Se cuenta que, antes de nacer Jesucristo, Humalas, gobernador de Perusalén, finalmente se iluminó y promulgó una prometedora ley laboral juvenil. Sin embargo, el regocijo popular por la medida se transformó en angustia cuando Alan Gaspar, Baltasar Pablo Kuczynski (BPK) y Melchor Toledo, quienes por su súbito interés en dejar sin trabajo a quienes ya tenían poco trabajo eran conocidos como los Reyes Vagos, vilipendiaron la nueva ley. “No debe haber una política del joven barato”, clamó Melchor Toledo, mientras agitaba a la población.
Si bien los historiadores han discutido mucho sobre las razones que guiaron el actuar de los Reyes Vagos, poco se sabe de ello. Descartado que haya sido por oportunismo electorero (tales malas artes no se conocían en Perusalén), algunos estudiosos creen que los Reyes Vagos simplemente andaban confundidos en temas laborales porque no a todos ellos el concepto de chamba-chamba, léase chamba de verdad, les era totalmente familiar.
Detalles aparte, la importancia histórica de la disputa es que delineó la política laboral juvenil que se aplica hasta hoy en Perusalén. Y es que argumentos como los de los Reyes Vagos han servido para eliminar al joven barato, pero, laboralmente hablando, vaya que han creado al (menos afortunado) joven calato.