La historia política de César Villanueva es tan sinuosa como desconcertante. (Foto: USI)
La historia política de César Villanueva es tan sinuosa como desconcertante. (Foto: USI)
Pedro Ortiz Bisso

Exitoso gobernador regional, primer ministro. Defenestrado primer ministro, congresista. Entusiasta vacador de PPK, primer ministro. Acusado de recibir coimas de Odebrecht, detenido.

La historia política de César Villanueva es tan sinuosa como desconcertante. Hace poco más de ocho meses era el brazo derecho del presidente Vizcarra. Hoy permanece detenido a la espera de que el juez supremo Hugo Núñez Julca determine su futuro.

El caso de Villanueva no es una detención más: no solo porque fue primer ministro del régimen actual, sino porque revelaría la existencia de un topo dentro del equipo especial de la fiscalía que investiga el Caso Lava Jato. Uno de sus miembros, Alexander Taboada, se reunió con los fiscales Alberto Rossel y Ronald Chafloque, a quienes Villanueva habría contactado para ser favorecido en la investigación del Caso Odebrecht.

Este nuevo giro en el caso de corrupción más importante de los últimos tiempos revela que la podredumbre no tiene límites y que los esfuerzos, desde diferentes bandos, para desacreditar el trabajo del equipo especial tenían un solo motivo: que no se sepa lo que se ha descubierto y falta por descubrir.

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