En poco más de tres años, el empresario Rafael López Aliaga cambió el amarillo de Solidaridad Nacional por el celeste de Renovación Popular; postuló a la Presidencia de la República sin éxito; fue uno de los promotores del discurso de fraude en mesa y volvió a protagonizar una nueva campaña electoral, pero esta vez a la alcaldía de Lima.
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El autodenominado “Porky” contó, en una entrevista con El Comercio, que él se retiró temporalmente de Solidaridad Nacional, cuando el actual congresista José Luna Gálvez fue elegido como secretario general.
“¿Cuándo entro yo en acción? Cuando las bases me llaman y me dicen que el señor Castañeda está yendo a la cárcel. ¿Quién se hacía cargo del partido? Bueno, yo asumí, pero con dos condiciones: este partido tenía que ser refundado como social cristiano y con otro nombre y con otra gente […] El partido había sido invadido por gente indecente”, agregó.
Durante la primera vuelta de las elecciones generales de 2021, el entonces candidato presidencial intentó marcar distancia de Juan José Muñico Gonzales, conocido como ‘Jota Maelo’. El autoproclamado jefe de La Resistencia, condenado a un año de cárcel suspendida por difamación, fue postulante al Congreso un año antes por Solidaridad Nacional con el aval del empresario.
“La respuesta es no [no tengo relación con La Resistencia], enfáticamente no. Me da pena que usted se dedique a temas que son falsos y no se dedique a las preguntas del plan de gobierno, se pierde en la anécdota”, manifestó al ser consultado por este Diario al respecto.
No obstante, en diciembre de 2019, López Aliaga, en una entrevista con “La República”, justificó la presencia de ‘Jota Maelo’ en la lista solidaria. “Es una persona que representa el sentir del pueblo, es muy estructurado […] No creo que insulte. Tendrá que cambiar, yo rescato de él lo bueno”, manifestó.
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Un opositor de corte conservador
La campaña presidencial de López Aliaga tampoco estuvo libre de polémica: respaldó la marcha contra la cuarentena que acabó con ataques a medios de comunicación; insultó a periodistas; propuso enviar a un hotel de cinco estrellas a las menores que sufran de violencia sexual y opinó sobre la psicóloga Ana Estrada y su batalla judicial para acceder a una muerte digna.
A pesar de los exabruptos que tuvo, el líder de Renovación Popular se ubicó en el tercer lugar de la primera vuelta con 11,751% (1′692,279 votos). Quedó a menos de 2 puntos porcentuales de Keiko Fujimori, de Fuerza Popular, quien accedió a la segunda vuelta con el 13,407% (1′930,762).
En el balotaje, López Aliaga respaldó a Fujimori Higuchi. Incluso, realizó una gira por el interior del país pidiendo el voto a favor de la exparlamentaria.
“Yo lo hubiera hecho por cualquier otro [candidato]. La idea es, sobre todo, agradecer. La caravana de la esperanza yo la iba a hacer de todas maneras para agradecer a la gente que ha votado por mi partido que tiene un año de vida y ha incursionado con mucha fuerza y ha desplazado a partidos tradicionales”, mencionó.
El empresario, a inicios de mayo de 2021, encabezó una manifestación denominada “Marcha por la democracia” en el Paseo de los Héroes Navales. Allí, frente a sus seguidores, gritó: “Muerte al comunismo, muerte a [Vladimir] Cerrón y a [Pedro] Castillo. No puede pasar eso acá”.
Estas expresiones no solo fueron rechazadas por la sociedad civil, sino por la propia Fujimori Higuchi, quien las calificó de “desafortunadas”.
Después de la elección de Castillo Terrones como presidente, López Aliaga se sumó a la denuncia de “fraude en mesa” hecha por Fuerza Popular.
En enero último, insistió en ese discurso, aunque el Ministerio Público mandara al archivo seis denuncias del fujimorismo sobre presuntas irregularidades en la mesa de votación durante la segunda vuelta.
López Aliaga- integrante del Opus Dei, dueño de hoteles y trenes en el sur del país-asumió una postura de oposición al gobierno de Castillo. La bancada de Renovación Popular impulsó la segunda moción de vacancia en contra del presidente y respaldó el primer intento, promovido por Patricia Chirinos (Avanza País). Sin embargo, en ambos fracasaron.
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Una nueva elección
En noviembre del año pasado, el líder de Renovación Popular dio a conocer públicamente su intención de postular a la alcaldía de Lima. Inicialmente, afirmó que acordó con Renzo Reggiardo, su candidato a teniente alcalde, dejarlo a cargo de la municipalidad, si ganan y en tres años y medio, él quisiera intentar de nuevo llegar a Presidencia.
No obstante, López Aliaga cambió de postura y refirió que, de ser elegido, se quedará los cuatro años al frente de la capital.
“Yo me quedo los cuatro años, porque creo que el Perú en estos momentos tiene que tener un candidato de unidad, contra este gobierno corrupto, yo he declinado públicamente [una candidatura presidencial], estoy buscando un candidato de consenso, tengo varios en la lista, pero no voy a adelantar los nombres”, declaró el domingo pasado, antes de participar en el debate.
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Durante la actual campaña municipal, ha incurrido en promesas que exceden a las funciones de un alcalde metropolitano de Lima, como reabrir el penal del SEPA, ubicado en Ucayali; la construcción de una línea de metro subterránea que una Villa el Salvador con Puente Piedra y desarrollo un tranvía entre San Martín de Porres y Carabayllo, entre otras.
La primera acción depende del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos y las otras de la ATU.
Al igual que en las elecciones de 2021, López Aliaga ha replicado en sus redes sociales los ataques de sus seguidores y también de trolls a sus adversarios y a periodistas que le resultan incómodos.
Recientemente, el líder de Renovación Popular tuvo un exabrupto al asegurar que tiene “bien chequeado” al periodista Christopher Acosta, de la Unidad de Investigación de Latina, luego de que este difundiera a través de un reportaje que el partido celeste le pagó S/207.000 a José Malpartida Abandía, productor de Andrés Hurtado, por media training a los candidatos de esa agrupación.
El dinero provino de los fondos que el Estado le brinda a los partidos con representación en el Parlamento.
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Y si en el 2021, el empresario disparó críticas en contra de la mayoría de candidatos, en esta elección dirigió la mayoría de sus dardos al exministro del Interior Daniel Urresti, de Podemos Perú. Este último también le ha dado su vuelto. Ambos cayeron en un intercambio de puyazos y de pocas ideas.
El líder de Renovación Popular, quien desde el 2006, de acuerdo a Sudaca, ha presentado 60 denuncias en contra de empresarios y periodistas, responderá el 19 de octubre, en juicio oral, por presuntamente haber difamado a Urresti al vincularlo al crimen del periodista Hugo Bustíos. López Aliaga ha referido que él solo repitió información pública y que no se puede “matar al mensajero”.
El empresario fue regidor de la Municipalidad de Lima entre el 2006 y 2009, durante la segunda administración de Castañeda. Su eventual retorno a la comuna podría ser corto, si llegase a ser hallado culpable de difamación en dos instancias. .
Alejandro Rospigliosi, experto en temas electorales, dijo a El Comercio que en caso Lopez Aliaga fuera sentenciado por difamación y ganara las elecciones sí puede seguir en el cargo por tratarse de un puesto de elección popular.
Señaló que en ese escenario recién podría iniciarse un proceso de vacancia cuando la eventual condena sea firme.
Añadió que ello no sucede en los cargos ediles o de confianza, donde el sentenciado si debe renunciar.
López Aliaga también deberá enfrentar otra pesquisa. Según informó IDL Reporteros, el 26 de julio último, la fiscal Manuela Villar, formalizó una investigación preparatoria en su contra por el presunto delito de lavado de activos en la modalidad de organización criminal. Esto a raíz de negocios que hizo a través de una de sus empresas con la administración de Susana Villarán en Lima (2010-2014).
Al respecto, el líder de Renovación Popular ha intentado minimizar la formalización de la pesquisa.
“Este es un tema que lleva siete u ocho años, yo ya he demostrado en la fiscalía que todos mis ingresos provienen de corporaciones internacionales que estén en el Perú, es mi trabajo, no tengo nada. Lavado de activos sería hacer [acciones de] narcotráfico o de corrupción, y yo no estoy en eso. No tengo miedo”, remarcó en Panamericana TV.
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Ocho empresas de López Aliaga adeudan, de acuerdo a “La República”, S/34′639.768. Al respecto, el líder de Renovación Popular ha referido que esperará al pronunciamiento del tribunal fiscal, debido a que “no tengo por qué pagar caprichos a nadie y menos a un gobierno corrupto como este”.
Según informó el diario “Perú 21″, el empresario votó en el 2009, cuando era regidor metropolitano, a favor de declarar de interés la propuesta de iniciativa privada de OAS: la línea amarilla. “Quién invierte 600 millones de dólares contra nada en nuestro país, en la situación que estamos”, manifestó en ese momento.
Para el político de Renovación Popular “el contrato original con OAS si tenía equilibrio económico” y la entonces alcaldesa de Lima, Susana Villarán, lo modificó “por coimas”.
López Aliaga afirmó, esta semana en Exitosa, que él estuvo a favor de la línea amarilla siempre y cuando OAS cumpliera ciertas condiciones, como la de invertir US$700 millones, no tocar la plata de los peajes, y tampoco ampliar el tiempo de concesión. Responsabilizó a la administración Villarán del aumento del precio del peaje.
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