La cocina vegana en el Perú cada vez es más grande y poderosa. Actualmente, existe una gran diversidad de restaurantes que ofrecen platos hechos solo con alimentos de origen vegetal. Todos ellos tienen un estilo que los diferencia y que logra atraer al público. Uno de ellos es “Gastronomía vegana”, un restaurante que inició como un ‘dark kitchen’ en plena pandemia y que gracias al esfuerzo de su fundadora, ahora es uno de los lugares favoritos de veganos y no veganos.
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Alexandra Pasache es un joven soñadora, ella no tome decirlo. A sus cortos 27 años ha logrado por sí sola uno de sus más grandes sueños: tener un restaurante vegano. La administradora hotelera y de restaurantes empezó este largo recorrido en el 2017, cuando decidió abrir una cuenta de Facebook con el nombre de “Gastronomía vegana” y empezar a compartir datos sobre restaurantes ‘plant based’.
Pasaron dos años hasta que decidió hacer un evento de comida vegana y marina. En febrero del 2019, junto a un chef vegano llamado Ranul Rayme, vendieron platos marinos en versión ‘plant based’. Este evento fue un éxito, pero no aún no estaba lista para emprender un proyecto tan retador.
“A mi papá le gustaba lo que yo hacía y me decía que era buena para esto y que debía dedicarme a ello. Pero en mi mente, tenía otro plan. Mi sueño era una cafetería y juguería. Algo más pequeño, porque yo quería que me contrataran por mi carrera en un restaurante grande y de renombre”, recuerda Alexandra.
Pero la vida no siempre sale como uno quiere y a veces sin querer te entrega algo mejor. Ale, como le dicen sus amigos, estuvo trabajando en restaurantes y restobares en la creación de cartas y labores afines, mientras su nuevo sueño se iba tejiendo. “Aparecieron proyectos de abrir una cafetería totalmente vegana con unos socios, pero al final no se concretó. Me chocó mucho al ver que para muchos era más un negocio tener algo vegano y no por vocación”, agrega.
“Quería hacerlo (abrir un restaurante) pero no tenía el dinero para ejecutarlo. Mientras tanto empiezo a trabajar en Abdiel Vegan, me encargo de la carta, del costeo de los platos, de la difusión. En realidad, le vi mucho potencial al lugar; y estar ahí fue clave para mí, porque desarrollé la carta y me di cuenta que yo quería hacer algo a un nuevo nivel”, comenta.
Durante el 2019, hizo algunos eventos más. Esta vez en Barranco. Gracias a un amigo suyo, encontró un espacio y ofreció durante unos fines de semana comida vegana criolla y marina. Ale lograba llenar sus eventos sin pagar publicidad; la presentación de sus platos, la sazón de estos y su carisma eran suficiente para que los veganos de Lima se llenaran de curiosidad y fueran a esta nueva propuesta. Recuerdo, haber asistido a uno de ellos y ser testigo de todo su empeño con el que trabajaba y cómo su papá le ayudaba. “‘Esto es lo tuyo, debes seguir haciéndolo’, me decía mi papá”, recuerda.
Al año siguiente, la pandemia la agarró en México. Ella había viajado a visitar a sus familiares en el país de los tacos. “Al llegar a la Ciudad de México para poder conseguir un vuelo humanitario que me traiga al Perú, estuve sola en la habitación de un hotel durante 100 días. Logré conseguir que un botones me compre una libreta y un lapicero, y durante estos días estuvo planeando qué iba hacer cuando llegara a Lima. Esta decidida: haría un ‘dark kitchen’ ”, añade.
Al llegar a Lima y terminar su cuarentena, le cuenta a su familia que hará un ‘dark kitchen’. Ellos no estaban convencidos que fuera una buena idea, abrir algo en plena pandemia y con todo en contra no era lo mejor, según ellos. Sin embargo, Ale estaba decidida y junto a su papá se fueron a comprar cosas básicas para empezar.
El primer evento, esta vez solo por delivery, fue el 28 de julio de 2020. “Tenía solo dos mesas de trabajo y una cocina vieja. Pero sentía, que esa fecha era importante y debía lanzar mi propuesta”, agrega.
Poco a poco, Ale fue comprando lo necesario, hasta tener un ‘dark kitchen’ como el que quería. “Mi hermano convenció a mi mamá, un arquitecto nos ayudó y lo pude lograr”, comenta.
La cocina oculta funcionaba muy bien hasta agosto de 2021, fecha en que encontró un espacio en la terraza del Black Llama Hotel, en donde poder tener atención al público nuevamente. Desde el 27 de agosto atiende por delivery y de forma presencial, en un espacio abierto y cómodo.
Los platos
Actualmente, “Gastronomía vegana” tiene más de 15 platos hechos de insumos vegetales, y cada uno tiene su público y una historia. Ale menciona que su mamá es desde siempre una gran cocinera y quien le ha ayudado a sacar los sabores tradicionales de la cocina peruana.
Dentro de la carta, hay algunas opciones para compartir como los tequeños (S/14) y las chalaquitas (S/ 18). Además, cuentan con entradas como el tamalito verde (S/ 7), la leche de tigre (S/ 26) y la causa carretillera (S/ 28).
“En total son como 40 minirecetas o procesos que tenemos para que todo salga bien. Por ejemplo, tan solo la causa tiene 15 preparaciones para que se vea como la conocemos”, añade.
Los favoritos sin duda son los platos marinos, sobre todo ahora que estamos en verano. “Gastronomía vegana” cuenta con un ceviche de hongos y ostras (S/ 30) que es tan rico que no sentirás la diferencia con el tradicional. El otro plato marino muy solicitado es el Risotto (S/ 34) y si vas con niños o te gusta la jalea puedes pedir el Chicharrón de setas (S/ 34).
También hay un público que va especialmente a comer platos criollos y de origen andino. Ale cuenta que el seco de seitan no estaba presente en la carta, porque para ella comer frejoles era algo de todos los días y que no creía que fuera a tener mucho éxito. Sin embargo, siempre había alguien que iba y le pedía este platillo, así que decidió ponerlo en el carta. El Seco de seitan (S/ 34) viene acompañado de frejoles, arroz blanco, camote y tamalito verde.
Otro de los platos favoritos es la Huatia (S/ 34). Este platillo también llamado “waja” es típico de la región andina. En este restaurante está hecho de seitan y gracias a la elaboración de horas que tiene, han logrado que esta proteína vegetal tenía una textura muy parecida a la carne. Viene acompañado con arroz blanco y yuca. Es realmente delicioso.
Otros platos solicitados son el lomo saltado (S/ 34), el chaufa con lomo (S/ 38) y el chaufa Wo (S/ 34). Además, tienen pastas tales como Fettuccini a la huancaína con lomo saltado (S/ 34), Fettuccini a lo Alfredo con salsa de champiñones (S/ 36), Fettuccini al pesto con medallones de lomo (S/ 38) y una Trilogía de Pastas (S/ 72) . Este último es para compartir entre dos personas.
Para complementar la comida peruana, puedes pedirte el tradicional jugo de mango de GV o un pisco sour vegano. Y como siempre hay espacio para el postre, hace poco lanzaron una torta de chocolate vegana (S/ 15) que viene con fugde de chocolate con palta, frutos del bosque y pecanas acarameladas.
Para Ale, su sueño aún no está completo, espera a mediano plazo poder contar con un local propio, pero mientras tanto, su comida encanta y puedes disfrutarla a la hora del almuerzo de viernes a domingo. Buen provecho.
Al detalle
Dirección: Calle Berlín 259, Miraflores.
Teléfono: 951 329 342
Horarios: Viernes a domingo de 12:30 a 3:45 p.m.
Reserva: Sí.
Delivery: Sí.
Precio promedio: 75 soles
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