"Y si algo me molesta, lo observo, lo escucho y lo canalizo. Ya no exploto porque me entreno para no llegar hasta ahí". (Foto: Instagram @iliveko)
"Y si algo me molesta, lo observo, lo escucho y lo canalizo. Ya no exploto porque me entreno para no llegar hasta ahí". (Foto: Instagram @iliveko)

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Aprendí a transformar el enojo en calma: así me entreno para vivir en paz
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Aprendí a transformar el enojo en calma: así me entreno para vivir en paz

Aprendí a transformar el enojo en calma: así me entreno para vivir en paz

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¿Qué te hace feliz y qué te enfurece? Me lo preguntaron hace poco y me quedé pensando. Antes, habría respondido con extremos porque así vivía: extrema alegría, profundo bajón. Extrema euforia, extrema frustración... extremo todo. Y eso agota.

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Hoy, después de años entrenando cuerpo, mente y emociones, puedo decir con verdad: ya no me enfurezco porque no acumulo. No dejo que el miedo me domine, ni que el estrés se quede. No permito que la ansiedad me reviente. Entreno todos los días para liberarme, vaciarme y vivir liviana.

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Juan Carlos Fangacio

¿Cómo? Moviendo el cuerpo, respirando y sudando. El entrenamiento no es solo físico: es mi canal de limpieza emocional. Ahí se va lo que me pesa, proceso lo que no comprendo y transformo en fuerza lo que sacaría de mí para seguir.

¿Qué me hace feliz? Dormir en paz, despertar sin culpa, sentirme fuerte y no perfecta. Dar y recibir amor. Reír con los míos. Hacer lo que amo. Agradecer, incluso cuando el día es difícil. Ser coherente. Vivir desde el amor, no desde el ego.

Y si algo me molesta, lo observo, lo escucho y lo canalizo. Ya no exploto porque me entreno para no llegar hasta ahí. Me entreno para vivir ligera y resolver desde la calma, nunca desde la fuerza. //

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