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Cebiche piurano, cabrilla frita y chicha de jora: El Merlín de Cabo Blanco y la riqueza de la cocina norteña
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Cebiche piurano, cabrilla frita y chicha de jora: El Merlín de Cabo Blanco y la riqueza de la cocina norteña

Cebiche piurano, cabrilla frita y chicha de jora: El Merlín de Cabo Blanco y la riqueza de la cocina norteña

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EL MERLÍN DE CABO BLANCO

Dirección: Av. César Vallejo 1502, Lince.

♦ 946 621 570

@elmerlindecaboblanco

Al norte siempre quiero volver. El viaje puede ser en auto, en avión o —como suelo hacer con más frecuencia— en una mesa generosa que me lleve directo al destino soñado. Hablar de Piura es hablar de sabores intensos; de mar y de tierra, de limón y algarrobo; de cebiche, cabrito y chicha de jora. Lima no es ajena a esta cocina, sea en formatos más tradicionales (como La Paisana de Magdalena, un clásico de siempre) o en aperturas más novedosas, como , de Francesco de Sanctis. La oferta es amplia y los conceptos también, pero hay lugares especiales que han sabido ganarse la preferencia de varias generaciones de comensales. Ahí es donde nos encontramos con de Lince.

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Llegué ahí hace más de una década, con varias recomendaciones bajo el brazo, buen apetito y mucha curiosidad. La experiencia no decepcionó. No son pocas las personas que, a lo largo de los años, me siguieron hablando bien de su calidad, y me alegró encontrarme nuevamente con una mesa que no ha perdido su esencia cuando los visité hace poco. Tiene sentido que, alentados por la confianza del público, la marca haya apostado por abrir en 2022 una segunda sede en la transitada avenida La Mar, en Miraflores, aunque con una carta diferente. No hay que confundir ambos locales: lo único que los enlaza es la cocina norteña como concepto, y la visión del cocinero Hans Gallardo, al frente de ambas operaciones.

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Juan Carlos Fangacio
Cebiche piurano, con pesca fresca del día, abundante toque de limón,  zarandaja, yuca, choclo y camote. (Foto: Heroína Estudio)
Cebiche piurano, con pesca fresca del día, abundante toque de limón, zarandaja, yuca, choclo y camote. (Foto: Heroína Estudio)
/ heroina estudio
Tamalitos verdes con seco a la norteña. (Foto: Heroína Estudio)
Tamalitos verdes con seco a la norteña. (Foto: Heroína Estudio)
/ heroina estudio

La historia original de El Merlín de Cabo Blanco, sin embargo, no empezó ni en Lince ni en Miraflores: el primer local abrió sus puertas en el Cercado de Lima, en 1995. Detrás de la propuesta estaba (y está) el empresario gastronómico Alejandro Guevara, quien llegó a Lima desde su natal Piura con la misión de conquistar la capital con su propuesta norteña. La acogida fue tal que diez años más tarde, en 2005, Guevara abrió un segundo restaurante en Lince (donde se mantienen a la fecha). Este 2025, como pueden haber deducido, celebran su aniversario número 30, y la ocasión se presta para traer algunas novedades. Van a tener una serie de eventos con invitados en los próximos meses, un menú especial con platos de temporada, y algunos cambios en el local miraflorino para marcar más la diferencia con la sede de Lince.

Si planifican la visita para estos días, sugiero que revisen la pizarra con recomendaciones del día. La carta es extensa y variada, sin renunciar a la tradición. El de El Merlín es un viaje que todavía tiene mucho mar por recorrer. //

Hans Gallardo comanda las cocinas de los locales de Lince y de La Mar en Miraflores.(Foto: Heroína Estudio)
Hans Gallardo comanda las cocinas de los locales de Lince y de La Mar en Miraflores.(Foto: Heroína Estudio)
/ heroina estudio

LOS FAVORITOS DE NORA

1
Mi ‘snack’ favorito

Tengo una debilidad que no me da vergüenza admitir públicamente: no me controlo cuando se trata de chifles (y me encanta que los restaurantes sean generosos al momento de ponerlos en la mesa). Los de El Merlín, de Lince, son de los mejores que he probado. Llegan en una canasta del tamaño de un plato de fondo: hay suficientes para acompañarnos durante toda la comida si se quiere, aunque resulta difícil conmigo cerca. Son crocantes, ligeros y largos. Y lo mejor de todo: pueden comprarlos en bolsas grandes al salir, para comer en casa.

2
Un final feliz

Hay una regla universal que se cumple incluso cuando el banquete ha sido cuantioso. Y es que siempre hay espacio para el postre. No se pueden perder los picarones, generosos en miel. Imposible resistirse también a la bandeja de postres ‘in a jar’, que acercan a la mesa para que el cliente elija el que quiere.

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