(Foto: Archivo)
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Manuela Zurita

En el Perú se estima que existe un centenar de merodeando el firmamento emprendedor. Pero la jerarquía celestial ha crecido y ahora no solo personas naturales optan por ‘bendecir’ y arriesgar su capital excedente en ideas de negocio de alto impacto (y alto riesgo).

Con perfil bajo y un espíritu no menos inspirador, han comenzado a aparecer en escena desde el año pasado nuevos actores, de corte institucional, que abrazan la idea de ‘apoyar’ equipos con ideas de negocio escalables y promesas de grandes retornos.

Se trata de fondos de ‘venture capital’ (VC), ‘family offices’ (oficinas que gestionan las inversiones de familias de alto patrimonio) y corporaciones.

El potencial de financiar startups que piensen en grande y pongan en valor los recursos por excelencia del país (gastronomía, agricultura, biodiversidad y minería) los ha convencido, pese a que el flujo de ‘scale-ups’ –emprendimientos con una trayectoria de ventas exitosa, que requieren capital para expandir sus operaciones– todavía es pequeño.

OPCIONES MÚLTIPLES

En el caso de los fondos, Día1 identificó al menos seis con diferentes tesis de inversión. La aceleradora Angel Ventures Perú (AVP), con operaciones en la región, ha desarrollado dos tipos de fondos: uno semilla (AVP Seed Fund I), con un compromiso de colocación de US$1,4 millones para los próximos cuatro años; y otro sindicado, orientado a startups maduras, que agrupa a inversionistas con un solo ángel representante.

Este modelo fue usado para levantar US$40 mil para la startup de abastecimiento de bodegas Riqra y permite reducir el ticket de inversión hasta US$5.000, explica el gestor de AVP, Greg Mitchell, quien es también presidente de la Asociación Peruana de Capital Emprendedor y Semilla (PECAP, por sus siglas en inglés), creada el año pasado.

Se suman a la lista los fondos de Salkatay Partners, Capia e Independiente SAFI, que ganaron el año pasado un concurso de Innóvate Perú para afinar su etapa preoperativa. El próximo semestre, el programa estatal lanzará un nuevo concurso para impulsar su etapa operativa.

Solo uno de estos tres fondos podrá recibir recursos de este concurso. Carlos Rojas, CEO de Capia, explica que ganen o no, están decididos a iniciar operaciones. Detalla que proyectan invertir hasta US$8 millones en 30 empresas en los próximos tres años.

Para ello, deberán analizar hasta 400 emprendimientos. “Solo invertiremos en empresas que puedan escalar a otros países”, afirma. Según el ejecutivo, esta mirada no solo abre el abanico de ideas de negocio, sino que garantiza la recolección de capital en fondos extranjeros en rondas compartidas.

“Es más difícil levantar capital sin apoyo de un VC local”, dice. Otra iniciativa es el fondo independiente The Board. “Buscamos llenar las rondas”, dice su director de inversiones, Luis Lira, desde el directorio donde 17 ‘amigos’ se reúnen una vez por mes desde octubre pasado –cuando comenzaron a operar– para tomar decisiones de inversión. Buscan completar hasta el 20% del capital faltante.

De los 11 pitches (presentaciones) que escucharon hasta ahora, han invertido US$300 mil en cinco. Cuenta que, para solventar los gastos, construyeron el edificio desde el que habla con Día1 en Miraflores, una zona que se perfila como el Silicon Valley limeño (las aceleradoras Endeavor Perú y Ángel Ventures Perú están a pocas cuadras y Capital Cero de Utec Venture en el límite barranquino).

Alquilan a un tercio del precio corriente las oficinas a los emprendedores que apadrinan, pero también aceptan equity, dice el ex analista de negocios de la aceleradora de Telefónica, Wayra, y brazo derecho de Gonzalo Begazo, creador de la startup peruana de logística urbana Chazki, que el año pasado aterrizó en Argentina y México.

FAMILIAS & CORPORACIONES

En línea con tendencias globales, los ‘family-offices’ también comienzan a tener un rol más protagónico en el ecosistema.

“Se está identificando este tipo de inversión en emprendimiento como un activo más”, sostiene Alain Elías, director de la red de inversionistas ángeles del PAD de la Universidad de Piura y apunta que estas operaciones están en el radar de clientes con fortunas de más de US$5 millones.

Las corporaciones peruanas buscan asimismo invertir en startups que añadan valor a sus operaciones, observa Javier Salinas, director de Emprende UP, que acoge a la red de ángeles UP4 Angels. Pone como ejemplo la inversión de US$500 mil en la startup de eventos Joinnus por parte del Grupo RPP. Cementos Pacasmayo, Rímac Seguros, Everis y Microsoft están en carrera, señalan las fuentes.

REGLAS CLARAS EN UN MERCADO EMERGENTE 

Las redes de inversionistas ángeles buscan reducir la incertidumbre que existe en las transacciones de alto impacto en un país con gran espíritu emprendedor, pero alto ratio de fracaso. En efecto, según el reporte Global Enterpreneurship Monitor (GEM) 2016-2017, uno de cada cuatro peruanos está involucrado en alguna actividad empresarial. Pero de las 853 empresas que se crean por día, 469 se cierran, apunta José Luis Beas, director del Instituto de Innovación y Emprendimiento Universitario de la Universidad San Martín de Porres, citando datos del INEI.

En ese escenario, la Asociación Peruana de Capital Semilla y Emprendedores (Pecap), que integra a cinco redes ángeles, busca sentar las bases para establecer reglas de juego de la actividad y así atraer a más actores al ecosistema.

La iniciativa –que deja al descubierto los riesgos propios de la actividad – ha partido por la definición de un modelo estándar de valorización de las operaciones y de los criterios básicos para los contratos de inyección de capital. Sobre estos últimos, Greg Mitchell, presidente del Pecap, detalla que se hacen explícitos los términos económicos, el deseo de compartir información y las cláusulas para los casos en los que el emprendedor decide cerrar su empresa.

Además, los inversionistas ángeles agremiados también esbozan una propuesta de incentivos tributarios, que incluye la devolución del impuesto a la renta (IR) y la posibilidad de remunerar con ‘equity’ al personal clave en una startup. El Estado también tiene “mapeada” la necesidad de fijarlos, contó a Día1 Gonzalo Villarán Elías, ejecutivo de la unidad de desarrollo y gestión del conocimiento en Innóvate Perú.

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