¿Por qué subieron los precios en agosto?

El pollo, el pescado y la papa amarilla fueron los productos que más subieron de precio en agosto según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI). Así, sus precios se incrementaron en 5,63%, 33,46% y 16,59%, respectivamente. ¿Cuáles son las razones?

Eduardo Jiménez, jefe del Servicio de Información de Macroconsult anotó que, si bien los pescados tienen una variabilidad muy alta porque responden a factores de oferta, el pollo responde al precio del maíz, su insumo principal, que se ha mantenido alto durante agosto.

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Asimismo, se debe recordar que la producción de pollo tiene un rezago de casi dos meses desde su producción hasta su venta, explicó, por lo que se debe considerar que la oferta tiene en cuenta lo que costó la producción.

Riesgos

Jiménez indicó que a la guerra entre Rusia y Ucrania se suma la fuerte sequía que vive Europa, la más fuerte en 500 años, según analistas.

“Estamos viendo temperaturas récord que han dañado campos, en particular de maíz y esto responde al cambio climático”, dijo.

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A esto, continuó Jiménez, se le suma que el precio del gas en Europa ha llegado casi a US$100 el bidón de BTU (British Thermal Unit), cuando el precio, antes de la guerra, cotizaba alrededor de los US$10.

“Esto puede influir en una subida del precio de los fertilizantes y elevar la probabilidad de que haya dificultad para importar fertilizantes. Tenemos dos factores de riesgo claves que de momento no se ven, pero eso puede cambiar en las próximas semanas”

Eduardo Jiménez, jefe del servicio de Información de Macroconsult

Inflación

Según explicó Hugo Perea, jefe del BBVA Research, el resultado de la inflación de agosto está por encima de lo esperado por el consenso del mercado.

“El descenso es más gradual que lo esperado y es muy probable que veamos todavía algunas presiones; por ejemplo, por el precio del diésel que ha subido y afectaría el costo del transporte, por lo que no se descarta una incidencia sobre el precio de los pasajes e incluso alimentos”, afirmó.

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“El descenso es más gradual que lo esperado y es muy probable que veamos todavía algunas presiones; por ejemplo, por el precio del diésel que ha subido y afectaría el costo del transporte, por lo que no se descarta una incidencia sobre el precio de los pasajes e incluso alimentos”

Hugo Perea, jefe del BBVA Research

Tanto para Jiménez como para Perea, la inflación no solo cede lentamente, sino que existen riesgos latentes que podrían elevarla.

Perea advirtió que la proyección respecto a cerrar el año por encima del 6,8% tendría un sesgo al alza.