Las palabras definitivamente suenan. Pero suenan mejor y más fuerte cuando tienen como banda sonora a Nick Cave (Warracknabel, Australia, 1957), uno de los más grandes cantautores de nuestro tiempo. Un sobreviviente de la estirpe de Leonard Cohen o Tom Waits, que tuvo la entereza de encontrar una manera de sonreírle al dolor para convertirlo en arte. A inicios de este mes ofreció un concierto con The Bad Seeds en el Festival de Cala Mijas, España, y salió a la luz su nuevo libro “Más extraño que la bondad” (Sexto Piso), que promete develarnos nuevos misterios de su mundo interior. El título toma prestado el nombre de la canción original (“Stranger than Kindness”), según el intérprete, una de sus favoritas.
En medio de este desborde de energía, concluyó este año junto a su cómplice y amigo, Warren Ellis, la banda sonora de “Blonde”, el ‘biopic’ sobre Marilyn Monroe que protagoniza Ana de Armas y que acaba de ser presentado en el Festival de Venecia. Uno de los muchos filmes en los que ha colaborado.
¿Cómo hace un hombre para elevarse sobre la muerte de su hijo Jethro, de 31 años, ocurrida el pasado mes de mayo, o del fallecimiento de su hijo Arthur, 7 años atrás, cuando solo tenía 15? Solo puedo imaginar que convirtió a la tristeza en su aliada y abrazó la melancolía como un método de sanación. A los 19 años ya había perdido a su padre, y más adelante se volvió adicto a la heroína, que lo acompañó en los años 80 y 90 durante su época más oscura, y de la que finalmente logró rehabilitarse. Muy joven aún, Nick decide dejar Australia para irse a vivir a Londres con su banda de entonces, The Birthday Party, con quienes inició su exploración del rock, el góspel y el blues, fusionando una serie de influencias que contribuyeron a su unicidad. Lo demás es historia.
Mi musa no es un caballo
En 1996, el noveno disco de Nick Cave and The Bad Seeds, “Murder Ballads” (“cautivador y aterrador a la vez”) atrajo gran atención de público y crítica, por lo que Cave obtuvo una nominación a los premios MTV en la categoría de mejor artista masculino. Su incomodidad fue tal que escribió una histórica carta dirigida a los perplejos organizadores del evento. En ella comienza por expresar su enorme gratitud y agradecimiento por todo el apoyo, los halagos y la difusión recibida, pero luego continúa diciendo: “Dicho esto, me parece necesario solicitar que se retire mi nominación, así como cualquier premio que pueda presentarse en años venideros para proponérsela a quienes se sientan más cómodos que yo con la naturaleza competitiva de esas ceremonias… Mi relación con mi musa es delicada y tengo la sensación de que debo protegerla de las influencias que puedan herir su naturaleza frágil. Ella se presenta ante mí con el regalo de una canción y yo a cambio la trato con el respeto que merece. En este caso significa no someterla a las indignidades del juicio y la competencia. Mi musa no es un caballo… y aunque lo fuera, tampoco la ataría a esta carreta sangrienta, llena de cabezas cortadas y premios relucientes. ¡Mi musa se podría asustar! ¡Podría echar a correr! ¡Podría abandonarme para siempre! Así es que gracias de nuevo, pero… no gracias”.
“En 1996, el noveno disco de Nick Cave and The Bad Seeds atrajo gran atención de público y crítica, por lo que Cave obtuvo una nominación a los premios MTV”.
Rezo por ti
Mientras luchaba contra sus adicciones, escribe un tema que conjuga el amor terrenal con sus preguntas sobre la divinidad: “Into my Arms”, del álbum “The Boatman’s Call” (1997), con la que logra componer una plegaria: “No creo en un Dios intervencionista. Pero sé, querida, que tú sí... No creo en la existencia de los ángeles, pero cuando te miro, no sé si eso sea cierto… Pero si existieran, me arrodillaría ante ellos y les pediría que sumaran sus poderes y cuidaran de ti, y te guiaran hacia mis brazos.”
La canción fue incluida en el libro “Las grandes canciones de todos los tiempos y los artistas detrás de ellas”. El autor le atribuyó el lirismo de la letra al rompimiento de Cave con Viviane Carneiro, su primera esposa, y a su siguiente relación y rompimiento con PJ Harvey, con quien tuvo un apasionado romance. Hoy está casado con la modelo y diseñadora Susie Bick, desde hace más de 20 años y viven en Brighton. Cuando necesiten recordar el magnetismo y la sexualidad que despliega Cave en algunas de sus interpretaciones, solo vean el videoclip de la canción “Henry Lee”, justamente a dúo con Harvey: una demostración de que el erotismo no necesita que nadie se quite la ropa para expresarse.
Y si sienten el impulso de escribirle y hacerle una pregunta, pueden hacerlo a través de su página web The Red Hand Files, donde se comunica con sus seguidores. No contesta a todas las preguntas y a veces, como ahora, en que está de gira, suele demorarse, pero vale la pena la espera. Yo ya le envié la mía, y rezo para que me responda.
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