La investigadora e historiadora Cecilia Bákula recopiló dos tomos de los textos esenciales para entender al Perú desde su independencia. (Fuente: El Comercio)
La investigadora e historiadora Cecilia Bákula recopiló dos tomos de los textos esenciales para entender al Perú desde su independencia. (Fuente: El Comercio)
Daniel Goya

El Perú cabe en un libro. Bueno, tal vez en dos. Cabe en las palabras, en la tinta sobre el papel. En lo que se dice y no se dice. En las ideas, en las preguntas y en las respuestas. Tantos intentaron que el Perú quepa en sus mentes. Unanue, Riva Agüero, Raimondi, Macera, Vallejo, Basadre, Gonzales Prada, Mariátegui, Valdelomar, Palma, Arguedas, Ribeyro, Haya de la Torre, Belaúnde, tantos. Pero el Perú solo podía ser entendido entre varios y por eso los autores se convirtieron en un seleccionado y se puso el buzo de director técnico. Su trabajo ha sido el leer y releer lo dicho sobre el Perú en tantos tiempos, tantas veces y por tantos que el resultado son dos tomos de “Textos y testimonios para comprender el Perú en el Bicentenario”, una publicación que reúne los textos y testimonios de los principales pensadores, escritores, políticos, investigadores e historiadores.

-¿Cómo le surge la idea de recopilar los textos en una sola edición?

Siempre he verificado que hay una parte de nuestra historia que está en la memoria colectiva, pero no accedemos a los documentos porque son difíciles de encontrar o porque no los sabemos encontrar. Si yo quisiera que mis nietos pudieran encontrar esos documentos que yo considero que son necesarios para entender el Perú, ¿dónde los encuentro? Y tuve la suerte de elaborar una propuesta que inicialmente tenía 60 nombres, 60 títulos: terminaron siendo 83. Me acerqué al Fondo Editorial del Congreso, como se acerca una ciudadana cualquiera, y tuve la suerte de encontrarme con el que era en ese entonces el director del fondo editorial, el señor Ricardo Vásquez Kunze, a quien le pareció muy interesante. Lo avancé como en un año y cuatro meses. Porque el trabajo no solo era encontrar los textos, sino hacer la referencia bibliográfica exacta y luego transcribir todos los textos. Descarté muchos que había elegido inicialmente, y lo que resultó interesante fue, luego, ordenar estos textos en capítulos, como en rubros, porque no todo tiene ni la misma cronología ni, en el fondo, la misma importancia.

- Luego de toda la recopilación de textos ¿Qué imagen pudo obtener del Perú?

El Perú no es nada homogéneo. No puede serlo, es que el Perú es tan diverso y tan variado y en el fondo es anacrónico. Uno de los intereses que tenía era que estuvieran presentes autores de provincia. Porque Lima tiene una deuda muy grande con el interior del país. En la década del 20, todos los grandes políticos, científicos, literatos, los poetas, los artistas, todos eran provincianos. Mira Vallejo, mira a Saboga, mira a Mariátegui, Porras, Basadre. Todos eran provincianos. Lima se ha tragado a las provincias y, en el fondo, no les hemos devuelto nada. Entonces yo tengo esa sensación de que esas oportunidades en Lima no son equitativas hacia lo que se ha producido y se tiene que seguir produciendo. El Perú es un país que muchas personas brillantes han intentado entender y es una tarea que pasa de generación en generación.

-¿Hay algo personal para usted en este trabajo?

He gozado mucho esto, me parece delicioso hacerlo. Siempre es un privilegio tener la posibilidad de devolver lo que has recibido. Yo he vivido mucho tiempo fuera del Perú y en distintas partes, en distintos colegios. Y siempre he tenido la sensación de que tenía que conocer más de esa realidad que me había sido esquiva y que todo lo que había recibido, que es mucho, tiene que convertirse en semilla que se devuelve. Fui educada en ese sentir.



Lima se ha tragado a las provincias y, en el fondo, no les hemos devuelto nada.

-¿Hay un balance de género en la selección?

El Congreso me sugirió que incorporara a más mujeres. Nunca lo sentí como una imposición, sino como una sugerencia. Y fue interesante comprobar que en los primeros años de nuestra vida como país hubo muy poco material femenino. Así que terminé incluyendo a más mujeres pero en temas más republicanos. La selección comienza con Garcilaso, así que nos estamos yendo bastante atrás en la historia, y termina con textos muy contemporáneos. El último es una entrevista que le hacen al ingeniero Alberto Benavides, que yo consideré que era interesante ponerlo porque era la visión final de una etapa, de una generación.

-¿Cuál fue su criterio de selección?

La idea era que hubiera textos de época y textos muy contemporáneos. Tengo una deuda: Me hubiera gustado incorporar gente mucho más joven. Pero pensé que esos jóvenes se difunden hoy mucho más fácil que los autores que van quedando en el olvido. Por ejemplo, me pareció maravilloso incluir a Chocano o indispensable incluir a Vallejo y a políticos que hicieron la patria, que hicieron a principios del siglo pasado toda la propuesta política, ya sea Mariátegui, Haya de la Torre, gente que aporta una visión lúcida del país. Uno puede estar o no de acuerdo, pero esos aportes para entender al Perú no los tenemos a la mano.

-¿Qué fue lo más difícil de elegir?

Me parecía que yo no tenía ninguna capacidad para ser juez. Primaron la idea de que no se repitiera temas; luego, que estuvieran las etapas, más o menos, equilibradas. Y mi idea siempre ha sido que sea un libro de consulta, que esté y que esos textos estén a la mano para que no se tengan que buscar. Porque a veces el acceso al archivo o a la biblioteca no es fácil, y que si estoy en casa y quiero saber algo de la guerra, allí tengo lo básico.

- ¿Qué textos resultaron inamovibles de la lista?

A mí me parecía necesaria, a pesar de que me opuse siempre, la declaración de principios de Velasco, porque allí el Perú sufre un quiebre. No somos iguales, antes y después. Me pareció indispensable la introducción, que es muy larga, del documento final de la Comisión de la Verdad. Me parece que hay textos de Porras y de Basadre que son indispensables, Hay algunas novedades como es el caso de incorporar a mujeres que son conocidas, pero también hay una persona que me pareció muy singular, Emilia Romero, a quien nadie conoce. Fue una estudiosa que terminó su vida como una gran académica, pero en México. Y produce y produce, pero aquí no la conoce nadie.

-¿Cuál es su texto favorito?

Tengo dos. El discurso del veto de Haya de la Torre y el discurso de Raúl Porras. Los leería muchas veces. Me gustó mucho releer a maestros antiguos como Del Busto, De la Puente, Franklin Pease. Me volvieron a deleitar.



A mí me parecía necesaria, a pesar de que me opuse siempre, la declaración de principios de Velasco, porque allí el Perú sufre un quiebre. No somos iguales, antes y después.

-¿Luego de impreso el libro, se arrepintió de algo?

Sí, pero es un secreto, porque siento que tengo dos errores, dos faltas. Dos autores que dejé de lado. Cada persona podrá definir cuáles son. Me olvidé de ellos, lo digo porque es la verdad. Ni siquiera estuvieron esos en el grupo que no ingresaron. Pero, bueno, había también un límite, ya los libros son bastante contundentes, son dos señores libros.

MÁS INFORMACIÓN

Presentación del libro “Textos y testimonios para comprender el Perú en el Bicentenario”.

Lugar: Centro Cultural de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Dirección: Av. Camino Real 1075, San Isidro 15073. Fecha: 13 de noviembre a las 7:15 p.m.

(Fuente: El Comercio)
(Fuente: El Comercio)

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