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Actuar, confiar y conectar caminos
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Hace 35 años, en 1990, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) redefinió la conversación sobre desarrollo. El índice de desarrollo humano (IDH), más allá de evaluar el desarrollo a partir de los indicadores económicos de los países, pone a las personas al centro y considera tres indicadores de bienestar: una vida larga y saludable, el acceso al conocimiento medio y un nivel de vida digno. Desde entonces, el concepto de desarrollo humano ha continuado avanzando, con diversos aportes y mediciones de acuerdo con el contexto global: porque queda claro que el bienestar de las personas no puede determinarse con un promedio, y que los números pueden esconder realidades. Pero, en estos aportes, se mantienen dos constantes: la visión del desarrollo humano como la libertad de las personas para tomar decisiones y aprovechar oportunidades; y por otro, el proceso riguroso de análisis de las fuentes de información que sustenta cada nueva edición del informe.
En el Perú, el PNUD viene trabajando desde hace dos años en un proceso descentralizado y participativo, que buscó poner a diversas personas y sectores a dialogar y conocer sus percepciones sobre desarrollo. Esta vez, el informe explora la relación entre la gobernabilidad y el desarrollo humano, a través de un examen de cómo las políticas, instituciones y dinámicas de poder impactan en la calidad de vida de las personas.
El informe,además, hace una actualización del IDH, inclusive a escala distrital, y del índice de densidad del Estado (IDE), que examina la provisión de servicios básicos en los territorios. El incremento total del IDH entre el 2017 y el 2024 fue de 1,2%, impulsado principalmente por mejoras en salud y educación. No obstante, el componente de ingresos aún no ha logrado recuperarse significativamente tras la caída en el 2020. Entre el 2023 y el 2024, el IDH en el Perú creció 0,6%, un incremento insuficiente para alcanzar el nivel del 2019, lo que evidencia el reto persistente de revertir plenamente los impactos de la pandemia. Por su parte, el IDE creció en un 5,7% entre el 2017 y el 2024, principalmente impulsado por el aumento de médicos por cada 10.000 habitantes como respuesta a la pandemia. Entre el 2023 y el 2024, el IDE creció 1,9%. Sin embargo, a pesar del crecimiento en ambos indicadores, las brechas persisten y profundizan.
Bajo el título de “Actuar, confiar y conectar caminos”, el Informe Nacional de Desarrollo Humano se ha construido como una herramienta y espacio de diálogo, donde las personas puedan reconocer los caminos que nos unen, más allá de las diferencias, y reconocer el valor de actuar en conjunto. Así, a través de este informe, el PNUD busca ofrecer un instrumento clave para la toma de decisiones responsable y basada en evidencia. En un año preelectoral, el IDH puede servir como base para el debate de propuestas, brindando recomendaciones para fortalecer la confianza y construir una visión compartida de futuro. Es un punto de partida esencial para impulsar el trabajo coordinado de la ciudadanía. El IDH nacional busca ser una herramienta del país: que todas las personas puedan apropiarse de su contenido y usar su información y análisis como impulso para el avance del desarrollo humano. El informe nos recuerda el valor de la cooperación y la confianza. Es un llamado a conectar los caminos que nos conduzcan hacia el desarrollo humano. Prosperar en conjunto es posible. Crecer en unidad es necesario, y también lo es creer en las posibilidades que tienen las personas en el Perú para construir un país más próspero y justo.

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