Kenji Fujimori se cubrió la boca al intervenir en el debate sobre el proyecto de ley que propone una "bancada mixta". (Video: Congreso de la República)
Kenji Fujimori se cubrió la boca al intervenir en el debate sobre el proyecto de ley que propone una "bancada mixta". (Video: Congreso de la República)
Kenji Fujimori Higuchi

Ten siempre a Ítaca en tu mente.
Llegar allí es tu destino
”.
-Constantin Cavafis

Mi partido, el que ayudé a fundar recogiendo 800 mil firmas por todo el Perú durante dos largos años, ha abierto por segunda vez un proceso en mi contra.

No para suspenderme esta vez solo en mis derechos partidarios, sino para expulsarme de mi partido y de mi bancada, y disminuirme en mis derechos como representante.

Su obsesión procesal los ha llevado a establecer recientemente el vía crucis del expulsado. La prensa ha llamado ley mordaza a su nueva máquina de tortura, que ha vuelto a violar la Constitución para mantener a los representantes cautivos del temor. Fue en protesta silenciosa contra este régimen de terror que mantiene a mis amigos prisioneros, que pedí la palabra sin hacer uso de ella y mostrar así la hiriente ironía de la mordaza que han creado. Solo yo voté en contra de esa ley en mi partido, en libertad de conciencia. Y volveré a hacerlo cada vez que de por medio se hallen las libertades fundamentales que la Constitución reconoce, no otorga, a los ciudadanos.

Lucho, como todos saben, por la libertad de mi padre. Lo hago por todos los medios legítimos a mi alcance. Y dedicaré mi vida a luchar por la libertad del Perú de las amenazas globales del terrorismo y del desastre ambiental, que no es natural sino obra humana, al haberse perdido el ciclo del agua y el bosque de los Andes.

A esto dedico mi vida y mi trabajo como lo hacía mi padre. En esto empleo mi tiempo. Y me pregunto ahora si debo entrar a sabiendas en la trampa de consumirlo en el objetivo pequeño de litigar contra las mezquindades de quienes pretenden despojarme de los medios que el pueblo me dio para servirlo.

¿Acaso me honró el pueblo peruano, pregunto, por dos veces con la primera votación del Congreso –en homenaje y recuerdo de mi padre– para verme sometido a la dictadura de quienes se han encaramado en los cargos dirigenciales de mi partido? ¿No es suficiente sanción acaso ver al partido que ayudé a fundar tomado por estos pretendientes y a nuestra lideresa, mi hermana, secuestrada?

Es por respeto al clima político que el Perú y la libertad de mi padre necesitan y merecen que me he sometido antes a la ordalía procesal que han inventado. Aguardando su libertad ya cercana, volveré a hacerlo ahora si hace falta para defenderlo y defenderme de su tribunal inquisidor y no permitirles tan fácilmente botarme de mi casa.