El proyecto surge como respuesta a las preocupantes cifras de deserción escolar en estas zonas del país.
El proyecto surge como respuesta a las preocupantes cifras de deserción escolar en estas zonas del país.
Redacción EC

Luego de la pandemia, Jimena Pinillos y Melissa Tejada decidieron materializar un sueño que nació en las aulas universitarias: un proyecto social enfocado en la educación rural. Hoy, ambas maestras egresadas de la Universidad San Ignacio de Loyola lideran “Yupi Rural”, una iniciativa que busca mejorar el bienestar socioemocional de estudiantes y maestros de a través de talleres y capacitaciones.

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El proyecto surge como respuesta a las preocupantes cifras de deserción escolar en estas zonas del país: 3 % en primaria y 5,2% en secundaria, según el SIAGIE 2017. Jimena Pinillos explica que “yupi” significa “huella” en quechua y es también una expresión coloquial de felicidad en nuestro país, mientras que “rural” indica el ámbito de acción de esta loable labor en favor de la educación.

Ambas hemos sido directoras de colegios particulares, pero decidimos apostar por una mirada emocional y de salud mental en las zonas alejadas que han sido duramente golpeadas por la pandemia y, de por sí, olvidadas”, señaló.

Actualmente, Yupi Rural imparte talleres con materiales educativos propios en zonas rurales de Arequipa, promoviendo la sana convivencia y el desarrollo de valores. “El proyecto involucra a niños, docentes y a la comunidad en general para fortalecer lo aprendido”, indicó.

La maestra explicó que la metodología del proyecto incluye el uso de cuentos y dibujos para trabajar las emociones de los menores y motivarlos a continuar con su educación. “No solo queremos realizar el taller y dejarlos ahí. Estamos buscando aliados para que el proyecto sea sostenible en el tiempo. Es vital enseñarles a los niños a expresarse y no caer en lo mismo de ‘todo está bien’”, sostuvo.

En Arequipa, por ejemplo, las maestras utilizan materiales didácticos para que los niños respondan preguntas sobre ¿Cómo se sienten luego del recreo? De esta manera, los estudiantes aprenden a conocer sus emociones, las comparten y se les enseña a darle validación a la frase “está bien estar nervioso o llorar”.

El proyecto también capacita a docentes, quienes muchas veces tienen que enseñar en aulas multigrado o multicursos. Esto es especialmente relevante considerando que solo 4.570 maestros enseñan en zonas rurales, según el Ministerio de Educación (2022).

Por eso, ambas maestras iniciaron los talleres de elaboración de materiales educativos y emociones para que los docentes se vuelvan mentores y reproduzcan lo aprendido en sus aulas y en otros colegios. “La salud mental es fundamental para que los estudiantes se conecten con el aprendizaje, especialmente tras las pérdidas causadas por la pandemia”, subraya Pinillos.

Yupi Rural planea expandirse a Lima, Cusco y Puno para contribuir a cambiar la realidad de cientos de escolares que aún esperan por mejoras en sus colegios. Hasta ahora, el proyecto se ha financiado con recursos propios y donaciones comunitarias, comentó Pinillos, quien anunció que próximamente publicarán cuentos sobre valores para donar a escuelas y venderlos para sostener la asociación.

En el Día del Maestro, las educadoras reafirmaron su compromiso con la educación peruana, enfocándose en la perseverancia y la motivación para reducir la deserción escolar.

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