(Foto: Presidencia)
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Diana Seminario

El 9 de diciembre pasado, millones de peruanos fuimos a votar en un muy bien promocionado que nos aseguraba una reforma integral única e irrepetible, una verdadera revolución en el Perú. Este ejercicio democrático haría “decente” la política. Oponerse a este era jugar en pared con los corruptos.

El presidente anunció la convocatoria al referéndum durante su mensaje de 28 de julio del año pasado, justo después de enterarnos de los “audios de la corrupción”, que revelaban cómo operaban algunos jueces.

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El Gobierno impulsó una campaña en la que promovía votar Sí a las preguntas sobre el financiamiento de los partidos políticos, no reelección de congresistas y la creación de la Junta Nacional de Justicia que reemplazaría al Consejo Nacional de la Magistratura.

Vizcarra hizo campaña por el No a la pregunta de la reforma sobre la bicameralidad y el pueblo respondió con un contundente 79,73%, rechazando un retorno de la Cámara de Senadores.

Ahora, como entonces, se criticó el apresuramiento con que se hicieron los planteamientos de la reforma, el desaparecido y respetado constitucionalista Enrique Bernales advirtió de la sinrazón de las propuestas y varios connotados profesionales en la materia incidían en el despropósito de la consulta popular, y que esta solo era usada por el mandatario para asegurarse unos puntos más en la popularidad y para ‘pechar’ al ‘aprofujimorismo’, acusándolos de obstruccionistas, bajo amenaza de cierre del Parlamento.

En su momento, se criticó también que la población acudía a ciegas a votar sobre unas reformas que no alcanzaban a entender en su totalidad y que no le solucionaban sus problemas cotidianos.

Paradojas de la política –y de la vida–, Vizcarra ahora debe enfrentar el reto de ponerse en contra de su propio referéndum, pues resulta que ‘la comisión de notables’, a quien él le encargó elaborar las reformas políticas, le propone el retorno a la bicameralidad. Sí, la misma propuesta que obtuvo el 79,73% de rechazo de la población azuzada por el propio presidente.

“En el referéndum el pueblo manda. En la democracia el pueblo manda y la autoridad obedece. [...] Estamos cambiando la forma de gobernar”. Así se expresaba el propio Vizcarra el 7 de diciembre en plena campaña pro referéndum.

El jefe del Estado no solo tendrá que sortear “políticamente” las propuestas de la comisión de notables, sino que, además, los resultados de algunas encuestas, como la publicada el último sábado por este Diario.

Ante la pregunta ¿en qué campos debería hacer reformas el presidente Vizcarra?, las respuestas de los encuestados por Ipsos son: 60% en el sistema educativo, 54% en el sistema de salud, 41% en mejorar la seguridad ciudadana.

El peruano común y corriente le pide al mandatario que priorice lo que le afecta directamente. La reforma en el sistema político apenas alcanza el 14%. Las prioridades están dadas por los propios ciudadanos.

Albergamos la esperanza de que el presidente y sus asesores, tan afectos a las encuestas, sepan leer esta última, en la que el clamor ciudadano es claro y justo. “En la democracia el pueblo manda y la autoridad obedece”.