(Composición: El Comercio)
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Redacción EC

En las elecciones de octubre próximo participarán 23 , la mayoría de los cuales tiene menos de 18 años de actividad. Diversos expertos han advertido que el número es demasiado alto para una realidad evidente en el Perú: la crisis de representatividad que las agrupaciones políticas atraviesan.

Desde el 2006, año en el que el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) empezó a sistematizar la información en el Registro de Organizaciones Políticas (ROP), fueron creados 23 partidos y al menos 28 perdieron su inscripción por no haber superado la valla electoral (5%) o no haber conseguido al menos seis congresistas en dos circunscripciones distintas.

¿Es positiva esta fragmentación? José Tello, experto en asuntos electorales, considera que no. “A priori, un número alto [de partidos no es malo], pero en el Perú hay un caudillismo fuerte y una carencia muy clara de institucionalidad de estos. Son una suerte de máquinas electorales que se activan cada cuatro o cinco años. El sistema claramente ha ido debilitándose y demuestra que los partidos son plataformas electorales más que instituciones”, dijo a El Comercio.

—Filtros electorales—
La valla –principal filtro del JNE– se aplica a los partidos de alcance nacional solo en los comicios de alcance nacional; es decir, los presidenciales.

Los números reflejan esta realidad: en el 2007, un año poselectoral, 14 partidos perdieron su inscripción. En el 2012, otro año poselectoral, la perdieron 10. Y en el 2016, en los últimos comicios presidenciales, cuatro.

Para el secretario general de la Asociación Civil Transparencia, Gerardo Távara, la valla no es suficiente, puesto que la supervisión es casi nula en los períodos no electorales.

Távara propone dos filtros adicionales. El primero, que los partidos sean supervisados en años en los que no hay comicios. “Hace unos años el jurado hizo una verificación de los locales partidarios y encontró que, en la gran mayoría de casos, los locales ni siquiera existían”, aseveró.

El otro, que sea obligatorio que participen en al menos 40% de jurisdicciones en las elecciones regionales y municipales. “En la mayoría de casos se reservan solo para las elecciones generales. Hay que exigirles que compitan más”, expresó en diálogo con este Diario.

—Cambios—
El descenso en la cifra de partidos que perdieron su inscripción en los últimos comicios –de 11 a cuatro– se explica, en parte, por una modificación a la Ley de Organizaciones Políticas que les permitía retirarse de las elecciones a fin de no perder su inscripción.

En el 2016, siete postulantes renunciaron a la campaña y otros dos fueron excluidos del proceso.

Para Tello, esa licencia es beneficiosa, pues permite a las agrupaciones trabajar internamente para fortalecerse antes de participar nuevamente.

Távara, sin embargo, opina lo contrario. “Así habría partidos que, en la práctica, pasarían 10 años sin actividad. Me parece que hay que corregirlo”, enfatizó.

Por otro lado, Fernando Tuesta, politólogo de la Universidad Católica, indicó que es ilógico pensar que este sistema es representativo. La prueba de ello es que solo seis partidos tienen representación en el Parlamento. “Este es uno de los índices más claros para graficarlo”, anotó.

Además de los problemas ya expuestos, Tuesta hizo hincapié en las alianzas electorales. “Si ahora vas a una elección en alianza, pero no consigues congresistas, conservas tu inscripción. Eso también debería cambiar: si vas en alianza y no consigues representantes, pierdes la inscripción, así de sencillo. La ley electoral ha favorecido a la proliferación de partidos”, consideró.

Los especialistas coinciden en que para mejorar esta situación es imprescindible un ajuste en las reglas de juego. Hay mucho por avanzar.

Comparativa
La realidad electoral en la región

El Perú –al igual que Paraguay– fue uno de los países de Sudamérica con más candidatos en sus últimas elecciones presidenciales: 10 candidatos compitieron por el cargo.

En nuestro país, sin embargo, los inscritos inicialmente fueron 19.
El mayor número de candidatos (11) se registró en las elecciones de Brasil, un país con más de 115 millones de votantes.

En Venezuela hubo cuatro; en Argentina y Colombia, seis; en Uruguay, siete; y en Chile y Ecuador, ocho.

En el Perú, en el 2011 hubo 10 candidatos –cuatro de ellos en alianzas–; y en el 2006, 20 aspirantes al sillón presidencial.