Cada ocho de marzo, en el Día Internacional de la Mujer, muchos optan por dar regalos, junto con múltiples felicitaciones. Con ello, existe el peligro de que se olvide el motivo de la conmemoración de este día y que se pierda la perspectiva de lo que realmente significa. Se trata de una fecha que recuerda sucesos trágicos para las mujeres y que conmemora su lucha por alcanzar derechos e igualdad, y en la que aún queda muchísimo por hacer.

En 1975, Naciones Unidas institucionalizó esta fecha debido a dos hechos: en marzo de 1911, un incendio en una fábrica de Nueva York causó la muerte de 130 mujeres; y, en el mismo mes y el mismo año, un millón de obreras de Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza se movilizaron exigiendo derecho al voto y al trabajo justo. Ambos eventos revelan la situación precaria en cuanto a derechos y desigualdad en la que vivían las mujeres en el mundo.

Puede resultar sorprendente, pero aún hoy, un siglo después, en el Perú, una mujer recibe S/ 0,70 por cada sol que se le paga a un hombre, según un último informe del Instituto Peruano de Economía. Además, el 52,7% de peruanos considera que “la mujer debe cumplir primero con su rol de madre, esposa o ama de casa, y después realizar sus propios sueños”, según la Encuesta Nacional sobre Relaciones Sociales de 2019 del Instituto Nacional de Estadística e Informática. También, las mujeres dedican 15,4 horas más a la semana a las actividades del hogar, de acuerdo con un estudio de GenderLab. Entonces, ¿por qué una felicitación?


No me felicites, lucha conmigo

Por todo esto, plazaVea se suma a la reflexión por el Día Internacional de la Mujer con la campaña “No me felicites, lucha conmigo”. Este es un mensaje que la marca viene reforzando desde hace 4 años y que busca comunicar la importancia de esta fecha y crear conciencia sobre su real significado y las brechas aún existentes en la sociedad. Ese es el compromiso de plazaVea: acompañar y empoderar a las mujeres todos los días.

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