A menudo, el ser humano lleva a cabo movimientos o acciones puntuales que pueden resultar hasta inconscientes, y terminan haciendo notar que existe algún problema por resolver desde el punto de vista clínico. En ese sentido, el acto de comerse las uñas representa un hábito que según la psicología, denota rasgos concluyentes acerca de la personalidad de esa persona, y pone de manifiesto así otros aspectos solamente evaluados por especialistas en la materia.
Hoy este hábito engloba un término técnico, y bastante peligroso en cuanto a salud se refiere, siendo importante que tomemos en consideración la intensidad del mismo para solicitar asistencia especializada.
En ese sentido, hoy resulta importante dar a conocer entorno a la información compartida por la plataforma de Psychology Today, que comerse o simplemente morderse las uñas de manera constante, puede terminar resultando la manifestación de un "comportamiento temporal y relativamente no destructivo que es simplemente una preocupación cosmética“, y en el proceso, pasar a convertirse en un grave problema denominado como onicofagia.
Según lo referido, dicho término técnico figura clasificado como aquel “trastorno de comportamiento repetitivo centrado en el cuerpo”, a partir del cual suelen evidenciarse algunos de los siguientes síntomas también:
- Uñas quebradizas
- Infecciones en dedos y alrededor de la boca
- Desgaste del esmalte
- Maloclusiones
Con respecto a ello, especialistas de Sanitas remarcan la importancia de acudir a especialista si resultara frecuente e incontrolable el hábito de comerse o morderse las uñas, y asimismo recomendar la aplicación de remedios o ejercicios puntuales que permitan aliviar el trastorno como tal:
- “Envolver las puntas de todos los dedos con tiritas o esparadrapo de modo que se interponga entre la uña y los dientes”.
- Mascar chicles sin azúcar.
- Sustituir el acto reflejo por una ocupación que exija concentración.
- Hacer ejercicio físico para combatir situaciones de ansiedad.
LA PSICOLOGÍA Y SU EXPLICACIÓN ENTORNO A DORMIR ABRAZANDO LA ALMOHADA
Exhaustiva investigación es la que actualmente pone de manifiesto los verdaderos rasgos, y hasta temperamento, de quienes mientras concilian el sueño, toman dicho objeto con mucho cariño.
Al respecto, te revelamos lo que expone la psicología entorno al hecho puntual de abrazar una almohada mientras dormimos, siendo la inclinación hacia el apego emocional, una forma de poder expresarnos buscando seguridad o compañía.
Según la información recogida tomando en consideración la opinión de especialistas en psicología, dicha acción en particular puede terminar reflejando también la necesidad de recrear sensaciones de contacto físico que generan tanto seguridad como protección.


