"Lo más gratificante no es ser bueno desde el inicio, sino llegar a serlo con esfuerzo, constancia y un poco de fe". (Foto: iStock)
"Lo más gratificante no es ser bueno desde el inicio, sino llegar a serlo con esfuerzo, constancia y un poco de fe". (Foto: iStock)

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Cómo sanar con el deporte y curar las heridas que hizo en el pasado
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Cómo sanar con el deporte y curar las heridas que hizo en el pasado

Cómo sanar con el deporte y curar las heridas que hizo en el pasado

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Vengo de una familia altamente competitiva y, de niña, parecía no haber sido ensamblada de la misma manera. Estoy convencida de que no ser bueno en deja heridas que con mi historia pretendo ayudar a curar.

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De pequeña soñaba con ser la más rápida, con entrar a una cancha de vóley y sorprender a todos; con ganar medallas como mi hermano y ver a mi papá orgulloso. Pero fingía desinterés cuando en realidad moría de ganas. Para quienes me conocían, simplemente no me gustaban los deportes.

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Juan Carlos Fangacio

A los 12 años pisé un gimnasio y encontré otro espacio: no era rápida ni coordinada, pero sí fuerte y constante. Poco a poco perdí el miedo, descubrí mi disciplina y entendí que lo que antes rechazaba de mí se convirtió en mi mayor fortaleza.

Años después lo confirmé con mis hijas. Una lanzó una pelota de básquet con naturalidad y encestó sin dudar. La otra lo hizo con miedo, como yo de niña, y quiso rendirse. Le propuse un trato: lanzar 15 veces. En el séptimo intento, la pelota entró suave, perfecta. Su cara me curó a mí, pero lo que pasó en su cabeza la transformó a ella. Encontró su lugar, porque todos lo tenemos.

Si hoy “Claudia” fuera mi hija, la invitaría a intentar no dos, sino veinte veces. A descubrir que lo más gratificante no es ser bueno desde el inicio, sino llegar a serlo con esfuerzo, constancia y un poco de fe.

El deporte no tiene por qué ser angustia. Decidamos que, desde hoy, será un juego: fallar catorce veces y celebrar la quince; reírnos, sudar, perder el miedo, sentirnos orgullosos de cada intento.

Vamos a movernos para ser felices.

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