"No se trata de eliminar el estrés —eso sería utópico—, sino de aprender a regularlo". (Foto: Dreamstime)
"No se trata de eliminar el estrés —eso sería utópico—, sino de aprender a regularlo". (Foto: Dreamstime)

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Estrés y ansiedad en tiempos modernos: no se trata de eliminarlos sino de aprender a entrenar la calma
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Estrés y ansiedad en tiempos modernos: no se trata de eliminarlos sino de aprender a entrenar la calma

Estrés y ansiedad en tiempos modernos: no se trata de eliminarlos sino de aprender a entrenar la calma

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Vivimos en la era del “siempre disponible”, sobrecargados de estímulos, tareas y expectativas que muchas veces nos autoimponemos. Nuestro nivel de autoexigencia está por las nubes. El y la ansiedad se han convertido en una epidemia silenciosa que afecta cuerpo, mente y emociones. Y seamos honestos: gran parte de ese estrés nos lo generamos nosotros mismos, sin darnos permiso de parar, respirar y aceptar que no podemos con todo.

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Pero el estrés no es el enemigo. ¿Y si le damos la vuelta y reformulamos nuestra relación con él? El estrés es una respuesta natural del cuerpo para movilizar energía y atención. El problema aparece cuando esa alarma nunca se apaga. Cuando se vuelve crónico, el cuerpo se inflama, la mente se agota y las emociones nos sobrepasan.

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Juan Carlos Fangacio

Hoy te invito a replantear cómo manejas el estrés. Estoy convencida de que todo se entrena, incluso la calma. La respiración consciente es una herramienta poderosa: inhalar profundo, exhalar lento, bajar el ritmo. El movimiento también ayuda: boxear, correr, bailar, soltar el cuerpo. Y la mente necesita pausas, momentos de silencio, espacios para procesar.

No se trata de eliminar el estrés —eso sería utópico—, sino de aprender a regularlo. De convertirlo en una señal útil que nos indica cuándo cambiar de dirección, soltar el control o simplemente hacer una pausa.

Entrenar la calma es tan importante como entrenar la fuerza. Porque en medio del ruido del mundo moderno, quien sabe calmarse tiene una gran ventaja.

Y como siempre digo: la vida no se resuelve por la fuerza, sino a través de la calma. //

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