De acuerdo a la plataforma SíSeVe (línea telefónica disponible para reportar casos de violencia escolar) del Ministerio de Educación, 27 niños son víctimas de acoso o violencia escolar a diario.
De acuerdo a la plataforma SíSeVe (línea telefónica disponible para reportar casos de violencia escolar) del Ministerio de Educación, 27 niños son víctimas de acoso o violencia escolar a diario.
/ DIFUSION
Andrea Montalvo

Durante la última semana, el video de Quaden Bayles – un niño australiano de 9 años, víctima de que insiste en que quiere terminar con su vida– ha aparecido varias veces en todas mis redes sociales. Si no conoces la historia, Quaden es un niño con acondroplasia causada por enanismo y en el video le dice a su mamá que ya no quiere vivir. La madre comenta que esto es debido al bullying sistemático que sufre su hijo a causa de su condición. El video ha tenido respuestas muy conmovedoras de equipos de fútbol y organizaciones que quieren ayudarlo a motivarlo a seguir adelante orgulloso de ser diferente.

El de Quaden es un caso que ha dado la vuelta al mundo y al que la gente ha respondido, principalmente, porque es un caso que se repite con mucha frecuencia. El bullying ocurre en todos los colegios y en todos los grados, por más que sea un tema del que no se quiere hablar. He escuchado a innumerables personas atribuir las acciones de niños que ‘matonean’ a otros a la “típica crueldad de los niños” o a exageraciones de padres sobreprotectores y de profesores que no hacen su trabajo.

Como psicóloga, he trabajado en colegios y consultorios, por lo que he tenido la oportunidad de compartir con niños y adolescentes desde los tres lados del bullying: víctimas, acosadores y testigos. Las consecuencias del acoso escolar, tanto físicas como psicológicas, pueden ser muy duras y afectan a toda la comunidad educativa.

Cuando he intentado hablar del tema con padres de familia y con personas cercanas a mí, he encontrado mucho con el famoso “en mi época no existía el bullying, el término ahora está de moda y todo lo clasifican así”. La realidad es otra. El acoso escolar ha existido siempre, pero hoy es distinto porque no se acaba cuando los alumnos salen del colegio. Debido al acceso que tienen a la tecnología (celulares, computadores y redes sociales), el bullying continúa incluso cuando los jóvenes están en sus casas, generando que no encuentren momentos en los que se sientan tranquilos y seguros.

En el Perú se reportaron cerca de 10 mil casos en el 2018 a través de la plataforma SíSeVe (línea telefónica disponible para reportar casos de violencia escolar) del Ministerio de Educación. El año pasado, la estadística arrojó que aproximadamente 27 niños son víctimas de acoso o violencia escolar a diario.

Con el inicio del año escolar, es de suma importancia que el tema del bullying se converse desde casa. Al igual que con muchos temas psicológicos y sociales, se cree que hablar del acoso escolar -sobre todo en el hogar- va a generar que el tema aumente o “va a dar ideas” a los jóvenes acerca de qué hacer. Sin embargo, la realidad demuestra todo lo contrario. La forma de prevenir situaciones como el bullying es hablarlo de manera abierta tanto dentro como fuera de la escuela.

Si te encuentras en la situación de querer tocar el tema con tus hijos, pero no sabes cómo abordarlo, acá te dejo algunos tips que te pueden ayudar a abrir la conversación:

  • Empieza recordándoles que tú también fuiste niño y adolescente, y que, aunque la situación actual es distinta a la que los adultos vivimos en nuestro momento, puedes entender que las presiones sociales son difíciles de afrontar. Además, si viviste una situación de acoso escolar, contársela a tu hijo o hija puede ser muy útil.
  • Escucha sin juzgar. Como padre o madre, el primer instinto cuando tu hijo te cuenta algo va a ser dar tu opinión de manera inmediata; sin embargo, es mejor escuchar sin interrumpir y prestar mucha atención a lo que te están diciendo, a las emociones y al lenguaje no verbal.
  • Anímalos a buscar ayuda dentro y/o fuera del colegio: si tu hijo está siendo acosado, ha sido testigo de acoso o es acosador, anímalo a conversar con algún profesional acerca del tema, puede ser el psicólogo del colegio o uno externo. Explícale que no tiene nada de malo buscar ayuda y que los beneficios de hacerlo pueden ser importantes.
  • Si te encuentras con alguna noticia como la de Quaden Bayles, aprovecha un momento en familia y cuéntales lo que leíste o viste. No tiene que ser en completo detalle, pero entender las posibles consecuencias del bullying ayuda a que sea más sencillo hablar del tema.
  • Es importante que normalicemos hablar de temas como este, para que sea posible identificar los casos con más facilidad y para que se pueda prevenir realmente. Aprovechemos el inicio del año escolar para tocar el tema en casa y para abrir la línea de comunicación con hijos y estudiantes.

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