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Michael Jackson
Pedro Suárez Vértiz

En enero se estrenó en el Festival de Sundance , un documental que reunía serios testimonios que sindicaban a como el perpetrador de abusos sexuales en contra de menores de edad. La pieza fílmica ha vuelto a hacer noticia porque desde el fin de semana esta ya está disponible para el público latinoamericano. El especial gira en torno a las declaraciones de dos adultos llamados Jame Safechuck y Wade Robson, de 41 y 36 años, respectivamente. Lo “escalofriante”, adjetivo reiterado en la mayoría de reseñas, son los explícitos detalles con los que ambos acusadores describen sus experiencias. Los críticos que vieron el documental previo a su estreno pronosticaron una hecatombe sobre la imagen de Jackson. Y no se equivocaron.

A mí, en lo personal, aunque nunca me ha gustado la personalidad de Jackson ni sus blanqueamientos ni cirugías ni su voz fingida al hablar (hecho corroborado por su ex esposa Lisa Marie Presley), siempre me pareció que estas acusaciones de pedofilia eran venganzas por enfrentarse contra los peces gordos de la industria. Así le ocurrió exactamente a George Michael cuando se publicitó con bombos y platillos su intimidad homosexual en baños públicos y sus accidentes automovilísticos drogado. Esto luego de haber demandado a su disquera.

Bueno, dicho y hecho, este filme ha traído una avalancha de discusiones acerca de si en realidad Michael Jackson fue inocente, como se le declaró en el 2005. Mientras eso se dilucida, estaciones de radio alrededor del mundo han decidido dejar de pasar sus canciones. En Nueva Zelanda, por ejemplo, algunas de las más grandes del país han vetado ya su música. También Cogeco, una compañía canadiense de telecomunicaciones con más de 20 estaciones en el país, ha hecho lo mismo con el fallecido cantante. Christine Dicaire, su portavoz, ha dicho: “Estamos atentos a los comentarios de nuestros espectadores y el documental emitido recientemente generó reacciones. Preferimos, por el momento, observar la situación eliminando sus canciones de nuestras estaciones”. El rapero Drake, por su parte, quien había lanzado en su último álbum una canción que ‘sampleaba’ una melodía cantada por Jackson, también ha dejado de cantarla tras la emisión del material. Incluso, en el Museo de los Niños de la ciudad de Indianápolis, donde nació el mismo Jackson, se ha decidido retirar de exhibición un guante, un sombrero y un póster del cantante.

Las repercusiones negativas del documental también llegaron al mundo de la moda. La marca francesa de alta costura Louis Vuitton se encargó de eliminar todo rastro de Jackson de su última colección masculina otoño-invierno 2019, donde la temática homenajeaba al ‘Rey de Pop’. Virgil Abloh, director creativo de Louis Vuitton, lanzó la colección apenas ocho días antes al estreno del documental, sabiendo ya las terroríficas críticas de su première en Sundance. Virgil explicó que su intención era tener a Michael como referente de la cultura pop estrictamente, y no a los sucesos que se dieron en su vida privada. Pero igual tuvo que dar marcha atrás por órdenes superiores.

Sobre estos y muchos casos más, el director de Leaving Neverland, Dan Reed, ha declarado: “La gente tendrá que escuchar su música sabiendo que él era un prolífico violador infantil. Si se sienten cómodos haciendo eso, está bien. Si no lo están, bueno, quizás escuchen a otros cantantes por un tiempo”.

Aprovechando el río revuelto, el portal TMZ publicó que Paris Jackson, hija del cantante, habría intentado suicidarse después del estreno de Leaving Neverland. La misma Paris, quien confesó haber intentado quitarse varias veces la vida, publicó finalmente en su cuenta de Twitter: “Váyanse a la mierda, mentirosos de mierda”. //

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