Las calles de Salto, dicen, son como caminar en un museo que guarda en cada rincón la historia del lado artístico de Uruguay. Allá, en una ciudad rodeada de parques, nacieron artistas de todo tipo: Petrona Viera, reconocida pintora y escultura plástica, escritores de la talla de Horacio Quiroga (maestro del cuento lantinoamericano), y hombres con el don de romper redes, como el ‘Pistolero’ Luis Suárez. Y, de allí, también es Jonathan Dos Santos, el nuevo refuerzo de Universitario para la temporada 2020.
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Por características, Jonathan es un delantero que se distingue del clásico delantero ‘charrúa’. No es solo un atacante fuerte físicamente y que se encarga de finalizar las jugadas, es mucho más que eso. Le gusta salir del área y vincularse mucho con el balón, momentos en donde demuestra que técnicamente tiene argumentos. Le da juego al resto del ataque. Sin embargo, su espíritu de lucha sí es marca registrada uruguaya, y no solo nos referimos a cuando pelea una jugada que parece perdida o por meter la pierna. En la vida también lo fue (es).
Con 15 años de edad, Jonathan pensaba en dos cosas: el fútbol y su pareja. Sin embargo, la vida lo sometió a una prueba durísima para alguien que recién empezaba a vivir. “Estábamos de novios con mi señora y quedó embarazada. Nos juntamos y hasta hoy seguimos juntos, gracias a Dios. Yo iba a cumplir 16 años. Primero me tomó por sorpresa. Tuve que tomar responsabilidades y salir a trabajar”, le contó Dos Santos a “El País”, hace algunos meses, sobre la época en que de noche entrenaba en Salto Uruguay.
En aquel momento, a Dos Santos le ocurrió algo que no pasaría después, ni siquiera contra los defensores más rudos que les tocó enfrentar en el césped: le temblaron las piernas. "Tenía mucho miedo de decírselos ( a los padres de su actual esposa). Tanto mi señora como yo teníamos miedo de dar la noticia. La madre de mi señora fue la primera en saberlo y ella se lo comunicó a mis padres. No sabía si meterme abajo de la cama o en el ropero. Primero me pegaron un gran reto y después me dijeron que iban a apoyarme, que no iba a estar solo. Fue un gran alivio”.
Desde el nacimiento de Agustín, su primer hijo, Dos Santos encontró un nuevo motivo para salir a la cancha y sacar lo mejor de sí, pero también para esforzarse el doble y trabajar de lo que nunca había imaginado. Al futuro goleador le tocó ser podador de naranjos e incursionar en la construcción civil.
Pero, pese a todo, incluso en los malos momentos, siempre supo salir a flote, como en su frustrante paso por el fútbol mexicano en el 2018. “Jugué poco. Me pasó algo similar a lo del semestre pasado con Sebastián Sosa. Había un jugador que andaba muy bien y entonces yo alternaba. No tenía muchos minutos. La tenía complicada. Últimamente me ha tocado tener buenos 9 adelante”, señaló el artillero al medio uruguayo de su experiencia en el Atlético San Luis del fútbol azteca. Aunque claro, ahora está más motivado que nunca porque ya son tres: su esposa Estefany, Agustín, y se su sumó Johan, su segundo hijo.
Y, por supuesto, los resultados saltan a la vista. En este 2019, fue el tercer goleador del fútbol uruguayo, al anotar 13 goles en 32 partidos, y además ocupó el puesto número 20 en la lista de los mejores futbolistas de la temporada en tierras celestes. Con 27 años, a la 'U' llega un delantero con un gran presente futbolístico pero, por sobre todas las cosas, un pasado sorprendente en el aspecto personal y ejemplo de vida. Dicen que la historia merengue reclama que la camiseta crema la vistan los futbolistas con estirpe de guerreros troyanos. Jonathan, por lo visto, al menos en su vida fuera de la canchas, también lo tiene.