Falta un año para que los de y las obras siguen por todas partes. Grúas y camiones salpican la ciudad desde el Parque Olímpico en el oeste, a la línea de tranvía en el centro, en el muelle junto a la bahía... y las nuevas líneas rápidas de autobuses.

¿Estará listo a tiempo?

“Estamos exactamente dentro de lo previsto. No hemos tenido un gasto excesivo y la población está percibiendo eso, las obras van a estar a tiempo de acuerdo con el calendario establecido”, señala Leonardo Gryner, vicepresidente del comité organizador de los Juegos Olímpicos Río 2016.

Bueno… un poco ajustados de tiempo si hablamos de la ampliación del metro crucial para los Juegos Olímpicos.

“A partir de ahora es una carrera contrarreloj, habrá que hacer algunas concesiones en relación a esa obra porque ciertamente el metro tiene que estar en funcionamiento durante los juegos. Si no, la organización del evento se verá comprometida”, indicó Lamartine DaCosta, experto en Juegos Olímpicos.

El mayor desafío es la limpieza de la bahía de Guanabara, que albergará las competiciones de vela y windsurf.

Las autoridades comenzaron prometiendo que limpiarían toda la bahía, luego bajaron la meta a 80% y ahora no saben cuánto podrá limpiarse.

“La bahía está siendo tratada. Nuestras expectativas y confianza es que tengamos la bahía y sus aguas listas para recibir a los atletas de todo el mundo”, aseguró Carlos Nuzman, presidente del comité organizador de Río 2016.

La seguridad es otro dolor de cabeza.

Alrededor de tres personas son asesinadas en Río cada día.

Por ello se desplegarán unos 85.000 efectivos de las fuerzas del orden, más del doble que en la edición anterior de Londres 2012.

También prestarán atención a las posibles amenazas terroristas.

“No tenemos ninguna indicación de que seamos objetivo de movimientos extremistas, pero Brasil estará en el punto de mira durante este evento y eso puede atraer la atención de grupos extremistas. Por eso, exactamente por eso, hacemos un trabajo permanente de vigilancia”, comenta Saulo Moura, de la agencia brasileña de inteligencia.

Para que todo llegue en perfecto estado, durante los próximos 10 meses se harán decenas de eventos para probar las infraestructuras.

Mucha presión sobre Brasil, que además espera alcanzar el top ten en el ránking de medallas y redimirse así de su vergonzosa derrota en el Mundial de fútbol.

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