Lapadula, el jugador que no debe venir, por Arturo León
Lapadula, el jugador que no debe venir, por Arturo León
Arturo León

La primera vez que escuché la palabra "" pensé que se trataba de un nuevo descubrimiento de nuestra gastronomía. Un plato fusión, una receta de moda, no sé. Cuando supe que era el apellido de un 'peruano' en el extranjero, puse la misma cara con la que en whatsapp -a través de emoticones- usamos para expresar confusión. ¿Y este de dónde salió?, me dije a mi mismo. Es goleador en Italia, lo quiere la Juventus y su madre es peruana. Una rareza de Internet en un fútbol –el peruano- que adora esas rarezas. ¡¿Qué?!

Nuestro mediocre torneo local, el hecho de no ir a un Mundial hace más de 30 años, la actual posición de Perú en las Eliminatorias, incluso hasta la edad de Pizarro; todo en un primer momento nos conduce a una misma afirmación: Gareca tiene que convocarlo. Yo, sin embargo, luego de pensarlo seriamente, considero que no tiene ni pies ni cabeza imaginar a este delantero con la camiseta de la selección peruana. Y mis razones son más racionales que otra cosa.

Lo primero tiene que ver con un tema de identificación: a la selección tienen que ir los que realmente se sienten cercanos al país. No es un club al que se llega tras la firma de un contrato millonario. Digo más: a la selección deben ir los que entiendan que representan a 30 millones, nacidos o nacionalizados, pero que entiendan eso. Lapadula ni siquiera habla español. Nació, creció y se formó en Italia. Posiblemente nunca haya pisado nuestro país. Si lo traemos a la selección, habría que ponerle un traductor al lado para que hable con la prensa. ¿No sería eso ridículo o cuando menos polémico? Y si marca un gol, ¿besará el escudo del Perú? Ya no quiero imaginar más. No es lo mismo jugar en un club, que por una selección. A los jugadores -más allá de los premios- no les pagan por jugar en sus selecciones. Por eso el hincha peruano reclama entrega por la camiseta. Si Lapadula tiene un mal partido, ¿qué le vamos a exigir? El ‘9’ es italiano claramente.

Antes que buscar en los resúmenes de los canales de cable, el fútbol peruano tendría que mirar cómo forma, qué produce, dónde se fortalecen sus jugadores.

Desde el punto de vista netamente de fútbol, la historia del actual jugador del Pescara deja muchas dudas. ¿Por qué con 26 años nunca jugó en Primera División de Italia? Se formó en las divisiones menores de la Juventus, pero no se consolidó. Por el contrario, transitó en distintos equipos de Segunda y Tercera División, hasta que llegó al Pescara.  Lleva 16 goles en la Serie B (muchos de ellos golazos, hay que aceptarlo) y es el actual artillero de esa liga. Aquí pueden estar pasando dos cosas: o es una racha de esas que tienen muchos jugadores una vez en años, o Lapadula, como ha pasado con otros futbolistas, recién encuentra su verdadero nivel.  Yo me inclino más por la primera hipótesis.

Por otro lado, el hecho que se hable tanto de Lapadula puede generar un efecto rebote no tan efectivo: incomodidad en los jugadores del torneo local que actualmente luchan por ser una opción a Paolo Guerrero, Claudio Pizarro y Jefferson Farfán. ¿Cómo se sentirían Ruidíaz o Ávila, por ejemplo, si el italiano de madre peruana es convocado? Quizá el ambiente en el vestuario no sea el mejor.

Su caso no es el mismo de jugadores como Ibáñez, Balerio o Julinho, por citar tres ejemplos. Ellos vivieron mucho años en nuestro país, se ganaron el cariño de la gente, consiguieron logros importantes y se identificaron con los colores rojiblancos. El Perú fue parte importante de su vida como futbolistas. Sin madre peruana u otro tipo de vínculo, son mucho más peruanos que Lapadula. Lo más curioso es que primero él tiene que decidir si desea jugar o no por el Perú. 

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