La obligación de emitir la Guía de Remisión Electrónica es para las empresas que realizan el traslado de bienes materiales de un lugar a otro. (Foto referencial)
La obligación de emitir la Guía de Remisión Electrónica es para las empresas que realizan el traslado de bienes materiales de un lugar a otro. (Foto referencial)
Redacción EC

Expertos indicaron que el tiempo otorgado por la Sunat para que las empresas se adapten a la emisión de las guías de remisión electrónica es demasiado corto por lo que muchas de ellas tendrían problemas para cumplir con esta obligatoriedad.

La Sunat emitió en julio del 2022 la Resolución de Superintendencia Nº 123-2022/SUNAT, normativa sobre las guías de remisión electrónica que establecía la obligatoriedad en su uso a partir del 01 de enero del 2023.

En ese momento, ante las dificultades presentadas por los contribuyentes para adaptarse a la nueva norma, el ente regulador publicó, antes del 31 de diciembre del 2022, una resolución que brindaba una discrecionalidad para la emisión de guías en papel, para todos aquellos empresarios que presentaban problemas en su emisión electrónica.

Según Renzo Alcántara, gerente general de TCI, dicha discrecionalidad ya no será válida a partir del 1 de julio del 2023, pues desde esa fecha entra en vigor la obligatoriedad de la nueva normativa sobre las GRE, aplicable para todas las empresas contribuyentes y si las empresas no cumplen con esta disposición se arriesgan a que la Sunat les retenga su mercancía. También pueden ingresar a procesos sancionadores y, por ende, causar pérdidas económicas al dueño de los productos comercializados, señala el experto.

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Alcántara indica que los contribuyentes ya aceptaron la obligatoriedad de la norma. Sin embargo, lo primero que solicitan es más tiempo para seguir adaptándose a todos los ítems solicitados por la Sunat.

Son alrededor de 400 mil empresas serán las que tengan que adaptarse a la nueva emisión de guías de remisión electrónicas desde el 1 de enero del 2023 al 1 de enero del 2024, apunta.

“Lo crítico en este proceso es que en tan solo 12 meses estas 400 mil empresas tienen que cumplir con la nueva norma Sunat, pero, por ejemplo, en el caso de las facturas electrónicas, este mismo procedimiento se implementó a lo largo de 10 años y con un poco más de 700 mil empresas. Por lo tanto, es una meta muy ambiciosa del ente regulador”, indica.

“¿Es realista y se podrá cumplir? Desde mi perspectiva, la Sunat debería ampliar el proceso de discrecionalidad de las guías en papel porque se necesita de una consulta libre en el portal de Sunat para poder comprobar la validez de la guía tal como sucede con la factura electrónica para brindar mayor transparencia en el proceso. También se requiere poder dar de baja a las guías de manera transaccional como se hace para los demás comprobantes de pago electrónicos (CPE), igual sucede con el proceso de disconformidad de las guías electrónicas. Finalmente se requiere que se regule el proceso de declaración de las GRE de contingencia tal como se tiene para los CPE´s”, añade.

Para el representante de TCI, aún existe un desconocimiento por la forma y el fondo de la aplicación de la nueva norma en distintas circunstancias del traslado y comercialización de la mercancía.

“Por ejemplo, los contribuyentes creen que tienen que emitir una guía de transportista cuando sale mercancía de su almacén y no son responsables de la carga, cuando en realidad no es así. También creen que pueden emitir una guía resumen con varias guías como detalle y no emitir una guía por motivo de devolución de los productos con el mismo vehículo que se usó en la entrega”, precisa Alcántara.



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