Andrés Hurtado: autos de lujo abandonados en cochera de Miraflores revelan oscuro trasfondo

En una cochera ubicada en Miraflores, se han encontrado dos autos de alta gama, entre ellos un Porsche Cayenne Turbo, que aparentan llevar varios días en abandono. Este vehículo, por el que alguna vez se pagó 135 mil dólares, está registrado a nombre de AH Entertainment Company S.A.C., la empresa propiedad del presentador Andrés Hurtado.

Según un informe de Cuarto Poder, el auto fue originalmente adquirido por Carlos Alberto Sánchez Alayo en 2010, pasó en 2012 a su primo, Orlando Sánchez Miranda. Ambos pertenecen a los Sánchez Paredes, un clan que ha sido investigado durante años por lavado de activos y presunto narcotráfico.

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El Porsche luego fue transferido a Miguel Zegarra Macchiavello y, finalmente, a Hurtado. En julio de 2023, este vendió el auto al empresario Luis Enrique Sánchez Aranda, gerente de la cevichería Mi Barrunto, pero solo cuatro meses después, Sánchez devolvió el vehículo a Hurtado.

Cuarto Poder reveló que varios expropietarios del Porsche de Andrés Hurtado, como familiares de los Sánchez Paredes, ‘Luchito Mi Barrunto’ y el empresario Miguel Zegarra, enfrentan investigaciones preliminares por presunta conversión y transferencia de activos en fechas cercanas. Ante este factor común, la fiscalía ha iniciado diligencias en torno a los vehículos abandonados.

Además del Porsche, también se encuentra un Volvo C70 en la cochera, que ha tenido múltiples propietarios antes de llegar a AH Entertainment Company S.A.C.

Según expone el programa periodístico, en 2011, IAMI Inversiones S.A.C. adquirió este vehículo por más de 100 mil soles. Posteriormente, en 2018, Segundo Alejandría Villegas lo compró por 5 mil 500 dólares y, sorprendentemente, lo revendió por casi el doble, 10 mil dólares, a AH Entertainment Company S.A.C. en 2020.

Este no es el primer episodio de transacciones sospechosas asociadas con Villegas. Su nombre también surgió en la cadena de transferencia de una camioneta Cadillac que utilizaba ‘Chibolín’, aunque no figuraba como el propietario legal del vehículo.