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Annemarie Heinrich: La artista que supo retratar el misterio [FOTOS]
Enrique Planas

Todos pasaban por su estudio de la avenida Callao, en Buenos Aires. Primero fueron las grandes figuras del Teatro Colón, luego, en la década del 40, los retratos de las estrellas del cine argentino, los notables de la ciudad y los visitantes más ilustres. Gustaba fotografiar mujeres hermosas, muñecas, heroínas de pestañas arqueadas y uñas recién pintadas. Ya entonces se había convertido en una exitosa empresaria, y su estudio convocaba el mundo social y exclusivo porteño de la época. En ninguna casa elegante podía faltar un retrato familiar con su firma.

Pocos fotógrafos como la germano-argentina Annemarie Heinrich conocieron tan bien los misterios de la luz: en muchos casos, la artista aprovechaba la claridad de una ventana para iluminar un cuerpo, casi en penumbras, jugando luego con las sombras que proyecta en diversas superficies. Sin embargo, no solo fue una retratista experta en el claroscuro y los reflejos. Reivindicó el género del paisaje y del desnudo fotográfico como parte de las bellas artes, además de experimentar en diferentes técnicas del laboratorio, llegando con ello a desarrollar series tan delicadas y sorprendentes como "Reflejos" (1932).

Así, junto a su trabajo para revistas ilustradas y retratos de estudio, la fotógrafa cultivó un trabajo enfocado en la exploración de la luz y la naturaleza, indagando en las posibilidades de la realidad cotidiana como posibilidad de belleza y quietud: sillas de club, bicicletas, piedras, techos, herramientas olvidadas o flores secas resultan protagonistas de imágenes distintas y audaces. "Trabajé toda mi vida mirando un cuerpo, una luz, un reflejo. La belleza se aprende mirando", diría la artista.

—Antología en Lima—
Preparada por el Centro Cultural de la Pontificia Universidad Católica del Perú y la Fundación BBVA Continental, la antología de la reconocida fotógrafa germano-argentina reúne 117 fotografías realizadas entre 1930 y 1960, que dan cuenta de los diversos géneros desarrollados por la versátil artista. Las imágenes forman parte de un archivo compuesto por miles de negativos, contactos y copias conservados por sus hijos, los fotógrafos Ricardo y Alicia Sanguinetti.

Annemarie Heinrich: La artista que supo retratar el misterio [FOTOS]
Annemarie Heinrich: La artista que supo retratar el misterio [FOTOS]

Nacida en Darmstadt, Alemania, en 1912, el padre de Annemarie había sido primer violín de la Ópera de Berlín en tiempos previos a la I Guerra Mundial. Iniciada la conflagración, fue reclutado como soldado, cambiando radicalmente el destino de toda su familia. El soldado regresó del campo de batalla con el brazo tullido y una carrera de instrumentista arruinada. Por ello, los Heinrich decidieron emigrar a la Argentina en 1926, cuando ella contaba con 12 años. La familia se instaló, al principio, en la provincia de Entre Ríos, donde la madre de Annemarie tenía dos hermanos pacifistas que arribaron antes de la guerra. Uno de sus tíos era el fotógrafo del pueblo, abriendo para la joven Annemarie una alternativa para su futuro.

Así, remontando inicios difíciles, antes de cumplir 20 años ya la fotógrafa abría su estudio en Buenos Aires para convertirse años después en la retratista del 'star system' porteño. La muestra que veremos en Lima no solo nos mostrará el 'glamour' de su obra, sino su trabajo más personal e inquietante.

Annemarie Heinrich: La artista que supo retratar el misterio [FOTOS]
Annemarie Heinrich: La artista que supo retratar el misterio [FOTOS]

La crítica actual destaca también la sugerente androginia de sus fotografías de bailarines y actores. En efecto, muchas veces no distinguimos si se trata de hombres o mujeres, incluso si estamos frente a personas o muñecos. En muchos de sus retratos, los modelos adquieren una textura de escultura de mármol, un efecto que lograría años después Robert Mapplethorpe.

Para la especialista argentina María Moreno, "Annemarie no sublimaba la carne, aunque su propuesta estética estaba lejos de todo realismo. Esa forma suya conocía su contemporaneidad con las vanguardias pictóricas argentinas. Con la iluminación y la preferencia por el claroscuro, solía cubrir la piel femenina con una tersura estatuaria –de una estatua en donde la carne no se haya transfigurado del todo–, 'nacaraba', inventaba líneas, esculpía".

MÁS INFORMACIÓN
​Lugar: Centro Cultural Pucp. Av. Camino Real 1075, San Isidro. Temporada: desde el 12 de octubre hasta el 21 de enero. De 10 a.m. a 10 p.m. Ingreso: libre.

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