Gimena Cariajano (27), Moi Guiquita (25) y Julieth Arias (26), de Perú, Ecuador y Panamá, respectivamente, formaron parte del Muyuna Fest, en Iquitos. (Fotos: Instagram/Alfonso Silva Santisteban)
Gimena Cariajano (27), Moi Guiquita (25) y Julieth Arias (26), de Perú, Ecuador y Panamá, respectivamente, formaron parte del Muyuna Fest, en Iquitos. (Fotos: Instagram/Alfonso Silva Santisteban)
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Provienen del , Panamá y Ecuador, pero comparten entre sí una especial conexión con la selva, el agua y las tradiciones nativas. Y aún más que eso: a pesar de su juventud, se han convertido en influyentes líderes en sus respectivas comunidades (y fuera de ellas) gracias a un trabajo y activismo que ha conseguido llegar a nuevas generaciones.

Hace unas semanas, Gimena Cariajano (25), Julieth Arias (26) y Moi Guiquita (27) se reunieron en Iquitos , donde participaron en el taller “Comunicar desde el territorio” –organizado junto a FZS Perú y el Observatorio de Minería Ilegal–, que desarrolló campañas de comunicación para la defensa de la Amazonía.

Nuevas voces

Gimena Cariajano proviene de la etnia achuar, en el norte de Loreto, pero hace algunos años dejó su localidad para vivir y estudiar en Iquitos. Desde allí, trabaja con diferentes comunidades y es una de las promotoras del Muyuna, festival de cine selvático y flotante que celebró su segunda edición. Julieth Arias, por su parte, pertenece al pueblo guna de Panamá; es fotógrafa, artista y cineasta especializada en talleres comunitarios, a través de los cuales comparte su trabajo. Y el ecuatoriano Moi Guiquita, indígena waorani, también es activista y toda una personalidad en redes sociales. Un millón de seguidores en Instagram y otro millón en TikTok así lo acreditan.

“Hoy hay muchos creadores de contenido o ‘influencers’, cada uno con su forma de narrar”, nos dice Moi Guiquita sobre su notable presencia en redes. “Pero así como hay algunos que transmiten contenido meramente diversión, existimos otros que tratamos de ir un poco más allá”, agrega sobre su trabajo de difusión sobre pueblos indígenas y su propia cultura.

Para Guiquita, una de las claves de su éxito en el mundo digital es evitar los tecnicismos y ofrecer mensajes más directos y cercanos para el público, más fáciles de entender y accesibles para todos. Similar opinión tiene Julieth Arias, quien si bien señala que su presencia en redes no es tan “de figura pública”, llegar a personas más jóvenes es vital.

“Para mí lo más importante es la transparencia –afirma la joven artista panameña–. Cuando uno muestra sencillez, sobre todo en el trabajo con comunidades, la gente conecta más rápido. Les da curiosidad saber por qué hacemos esto, por qué nos apasiona. Yo soy de una comunidad nativa, pero crecí en la ciudad; así que es también una forma de volver a mis raíces y reforzar mi identidad como mujer indígena”.

Cruce generacional

Otra cuestión crucial es cómo conciliar el auge de las redes sociales y los nuevos medios con las tradiciones más bien conservadoras de sus respectivas culturas. Para Gimena Cariajano, ese cruce intergeneracional es fundamental al momento de transmitir y heredar conocimientos

“Algo que siempre me pasa en los talleres de cine es que los ancianos sí quieren que se grabe más –explica Cariajano–. Pueden tener libros, museos, bibliotecas, pero lamentablemente las nuevas generaciones no leen. Entonces el registro en video es clave para preservar su lengua, su cultura, su legado. Que a través de las imágenes los vean danzar, que escuchen sus lenguas”.

@gimenacariajano08 Ya viste las fotos en Instagram?☺️ encuéntrame en Instagram como: gimena.cariajano 🌸 #frutas #selva #amazonia #iquitos_peru🌴🌴♥️♥️♥️♥️ #viral #fyp ♬ sonido original - Gimena Cariajano

“Sí hay algunas autoridades de comunidades que pueden ser muy recelosas –dice por su parte Julieth Arias–. Pero lo que quieren es compartir con la gente. ‘Si quieren saber de nosotros, que vengan acá’, dicen. Entonces el método que usamos es el de participar en todas sus actividades, acompañarlos todo el día. Obviamente con todo el respeto debido”.

En el caso de Guiquita, los roces entre generaciones sí son comunes. “No es que sean demasiado conservadores, pero son personas heridas”, afirma el activista ecuatoriano en referencia a los sabios de su comunidad. “Son personas que han perdido su lengua, que vienen de una estructura racial colonialista. Entonces no se trata de cambiar esas emociones, sino adaptarnos a ellas a través de la terapia, la filosofía y la psicología”.

Peligros y amenazas

En tiempos en que las comunidades indígenas enfrentan problemas como la discriminación, la hostilidad, los desplazamientos e inclusiva crímenes tan graves como el asesinato, la importancia de defender sus culturas y territorios también ha sido trascendental. En ese sentido, Moi Guiquita reconoce que ha sido víctima de hostigamientos por su labor difusora.

“Antes me chocaba mucho porque la gente me dejaba muchos mensajes racistas”, señala. Desde hace un tiempo, y debido a la cantidad de seguidores que acumula, Guiquita tiene que contratar un servicio que filtra los comentarios de odio que recibe en sus cuentas, con el fin de crear una comunidad virtual mucho más sólida y sana.

De izq. a der.: Moi Guiquita, Julieth Arias y Gimena Cariajano, durante su participación en el Muyuna Fest. (Foto: Alfonso Silva Santisteban)
De izq. a der.: Moi Guiquita, Julieth Arias y Gimena Cariajano, durante su participación en el Muyuna Fest. (Foto: Alfonso Silva Santisteban)

Pero la hostilidad no solo se ha dado detrás de una pantalla de teléfono o mediante una laptop. “También he participado en diferentes movimientos y protestas indígenas en Ecuador y por ello recibí amenazas de muerte –admite–. Una vez estaba en una farmacia comprando medicinas durante una marcha y unas personas me golpearon. Había guardias enfrente, pero nadie hizo nada”.

Ni Arias ni Cariajano han tenido que padecer, por suerte, situaciones violentas de ese tipo. Pero para prevenirlas es que también se crean redes comunitarias como la generada en el Muyuna Fest hace unas semanas. Proyecciones de películas de denuncia, conversatorios sobre problemáticas contemporáneas, talleres participativos con jóvenes o campañas de concientización. “Ha sido una experiencia muy especial –afirma Arias–. El solo hecho de poder grabar a bordo de un barco es inexplicable. Para nosotros los guna, las hamacas tienen un significado grande: son como el vientre de la vida. Y así me he sentido: muy acogida, como si fuésemos todos hermanos”.

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