Faltaban tres minutos para lanzar la conferencia vía Zoom y no había noticia del escritor cubano Leonardo Padura. Repitiendo el suspenso de sus novelas policiales, la organización de la FIL Lima intentaba dar con su paradero. Para evitar los conocidos problemas de conexión en la isla, el autor se encontraba frente a una terminal en la embajada de México, sin embargo, no podía conectarse. Mensajes del escritor por whatsapp pidiendo ayuda empezaron a llegar, hasta que, por fin, el conflicto con la tecnología pudo resolverse para satisfacción de los lectores.
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Como nos cuenta Jade García, directora cultural de la Cámara Peruana del Libro (CPL), la mayor parte de anécdotas de la reciente edición 25 de la FIL Lima tuvieron que ver con problemas de conectividad, tanto técnicos como por la falta de experiencia en redes de buena parte de autores y autoras. Está claro: la pantalla aún resulta intimidante para los creadores, incluso aquellos que poseen experiencia para enfrentar auditorios reales.
Es parte del aprendizaje. Tanto de creadores como del público, de libreros, editores y organizadores de la feria. Pero la virtualidad no solo supuso problemas de conectividad. Para Liliana Minaya, gerenta de la CPL, fue una experiencia sumamente interesante hacer un seguimiento a las actividades culturales y ver las cifras que en tiempo real arrojaban las plataformas virtuales. Por primera vez, la feria contaba con un instrumento para medir sus resultados. “Las cifras son puras y duras. Nadie te puede engañar. Las herramientas de análisis web te muestran todo: lo que el usuario ve y lo que consume. Por fin tenemos una data exacta que nos va a ayudar mucho en el futuro”, explica.
¿Cuánto han cambiado la perspectiva de los funcionarios de la cámara tras contrastar esta nueva información? Para Pedro Villa, director de contenidos de la CPL, no podemos olvidar que este año, la situación es excepcional. “La feria es un indicador clarísimo de cómo está la situación actual del sector”, afirma. Una situación dramática, pues la pandemia ha hecho retroceder a la industria editorial a las condiciones de hace 10 años atrás.
Hablemos primero de las actividades culturales y el comportamiento de los usuarios. ¿Comparado con la cantidad de asistentes a las ferias anteriores, cómo perciben los intereses del público?
Jade García: La posibilidad que nos ha dado la virtualidad ha superado nuestras expectativas. Personalmente, al inicio estaba temerosa, pues observaba otras ferias y festivales ‘on line’ y veía poca acogida, grandes autores con un público que no superaba las 50 personas conectadas. Temía que eso pasara con la FIL. Sin embargo, desde el inicio, la recepción me ha dejado sorprendida. La presentación de “Digitalízate”, libro de Alberto Delgado, que fue la primera actividad virtual de la feria, comenzó con 500 personas. Después, la conferencia de Fernando Savater subió la audiencia a 800 personas. Y el fin de semana superó mis expectativas. El promedio de público por conferencia ha sido de 250 personas, con picos de hasta tres mil vistas en vivo, como sucedió con las “influencers” colombianas Calle y Poché. Para nosotros eso no tiene precedentes, pues antes contábamos solo con los aforos de los auditorios. La virtualidad nos permite llegar a muchas más personas.
Pedro Villa: Lo virtual nos permitió realizar actividades que hubieran sido imposibles en un contexto presencial, como fue la conversación con Mario Vargas Llosa, una de la actividades con más visitas en el horario nocturno, la cual llegó a tener 2700 personas.
¿Con tal oferta de conferencias, no se corría el riesgo de canibalizarse entre ellas?
Pedro Villa: Se hizo la tercera parte de las actividades que solemos hacer en una feria presencial. Creo que hubo público para todo. Además, más allá de las visualizaciones en vivo, hay la posibilidad de que las personas puedan seguirlo viéndolas en el archivo en línea de la feria.
Liliana Minaya: Un tema que hemos tenido que aprender con respecto a las actividades es cómo funcionan los horarios. Nuestra feria presencial tenía un horario estelar desde el jueves en la noche hasta el domingo. En la virtual, un viernes en la noche es muerto. Hemos aprendido que los horarios de 1 a 3 de la tarde son un éxito. Pero, en efecto, 330 actividades en una feria virtual es bastante.
¿Coincidir en las fechas con el Festival de Cine de Lima PUCP pudo haberles restado público?
Pedro Villa: Fue una coincidencia que advertimos cuando ya se habían tomado ambas decisiones. Ya estábamos sobre el caballo. Pero creo que ha habido una muy buena convivencia de público. No han competido. No hubo razón para que esa confluencia nos pudiera haber preocupado en un inicio, viendo los resultados.
¿Cuáles han sido los intereses más claros del público en las conferencias virtuales?
Jade García: De hecho, literatura sigue siendo predominante. Pero también se ha seguido mucho los temas de coyuntura, de la pandemia, las vacunas, la divulgación científica. Y los lanzamientos juveniles, un sector muy activo en las redes. Hemos tenido 156 presentaciones de libros, y la verdad es que han sido muchas, pero fue una prioridad para nosotros impulsarlas.
¿Cuantos usuarios se conectaron a las conferencias?
Pedro Villa: Si bien hemos tenido 868 mil personas en las actividades culturales, el alcance que hemos tenido en la difusión supera los 4 millones de personas. La llegada de la feria ha sido enorme y eso da posibilidades a futuro para fidelizar al público a que sigan en la feria cuando el próximo año vuelva a ser presencial.
EL MOVIMIENTO COMERCIAL
¿A nivel de movimiento comercial, cual es el balance de la FIL Lima 2020?
Liliana Minaya: El año pasado, la FIL alcanzó los 20 millones de soles en ventas. Este año, llegamos a una cifra de 1 millón 952 mil soles. De los diez expositores que más han vendido 6 son librerías, pero también destacan editoriales de sociología y humanidades como el Instituto de Estudios Peruanos, el fondo editorial de la Católica y la Universidad del Pacífico. Las grandes editoriales, por un tema estrictamente comercial, optaron por no participar en la librería virtual para no competir con la cadena de comercialización local. Por otro lado, de los 107 expositores, por lo menos la mitad tuvo en la feria su primera experiencia de comercio electrónico. Con el sistema de Joinnus, todos tuvimos que apurarnos para ponernos al día en tecnología. En menos de un mes tuvimos que apurar a los expositores, capacitarlos para que carguen sus productos a la plataforma, y vean todas las posibilidades para incluir descuentos, y formas de envío. Ha sido muy interesante ver el tema de los envíos a provincias, con Arequipa en el primer lugar de pedidos, seguido por Cusco, Trujillo y Chiclayo. En un periodo muy corto, las librerías han tenido que ponerse las pilas para satisfacer al consumidor que utiliza las plataformas virtuales. Con la feria hemos empujado todos a la obligada virtualidad. De los 107 expositores, un 40% no tenía comercio electrónico antes de la feria.
Pedro Villa:, La feria ha cumplido con el sector. Para muchas empresas, sobre todo pequeñas y medianas, la FIL Lima significaba el 50% de sus ingresos anuales. Ahora, aunque los ingresos se han visto reducidos, sin feria hubiera sido una situación mucho más crítica. Incluso el mercado se dinamizó más allá de la feria, pues las ventas aumentaron en las plataformas webs de las librerías.
Liliana Minaya: El esfuerzo de la feria está aunado a nuestra campaña por la Ley del Libro. Estos resultados te dicen cómo está el sector, en un nivel de sobrevivencia. No se vislumbra un futuro si no trabajamos en conjunto. Por ello necesitamos una Ley del Libro completa y ya no más parches como en los últimos tres años. La última ley nos deja solo con la exoneración del IGV. El 15 de octubre vence el actual marco legal, y si no se ve en esta legislatura, su aprobación estará muy difícil.
LA FERIA EN DATOS
Público asistente
868 mil personas se conectaron a las actividades culturales, con un alcance total de 4 millones de personas.
Venta de libros
27 mil libros vendidos, alcanzando ingresos totales de 1 millón 952 mil soles. Una décima parte de lo alcanzado en 2019. Los temas más vendidos fueron de Ciencias sociales y literatura infantil juvenil.
Las conferencias
200 personas en promedio por conferencia. La actividad más vista fue protagonizada por Calle y Poché, “influencers” colombianas que presentaron libro editado por Penguin Random House y que superaron las tres mil personas conectadas a la transmisión en vivo.
Procedencia del público
Si bien Lima alcanza el 77% de las vistas en el país, le siguen Arequipa, La libertad, Junín y Cusco, redistrándose público de todas las regiones. A nivel internacional, además de los países latinoamericanos, se registra público de España y Estados Unidos, incluso Afganistán, Nueva Zelanda e India. .
Los libros más vendidos.
El 24% de los libros vendidos responden a la temática de Ciencias Sociales y Humanidades. Le sigue un 20% de textos infantiles y juveniles. En un tercer lugar, libros de literatura con 15%. El resto de la demanda está compuesta por textos de Derecho, Negocios, Autoayuda, entre otros.
Esta es la lista de los más vendidos:
1. Familias peruanas, Más familias de las que imaginas
Carla Pennano y Urpi Torrado. (Universidad del Pacífico)
2. La distancia que nos separa
Renato Cisneros (Planeta)
3. Sapiens. De animales a dioses
Yuval Noah Horari (Debate)
4. Mitologías velasquistas. Industrias culturales y la revolución peruana (1968-1975).
Miguel Sánchez Flores (Fondo Editorial de la PUCP)
5. Pack ¡A jugar!
Varios autores (Polifonía)
6. Medio siglo con Borges
Mario Vargas Llosa (Alfaguara)
7. Los inicios de la república peruana
Natalia Sobrevilla (Fondo editorial PUCP)
8. Historia de la corrupción en el Perú (tercera edición)
Alfonso Quiroz (Instituto de Estudios Peruanos)
9. Digitalízate ¿Por dónde empezar?
Eduardo Torres Llosa (Conecta)
10. Agencia Astral Zéfiro 2020
Rosa María Cifuentes (Planeta)
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