
Dos cédulas electorales. Una para elegir presidente, senadores y parlamentarios andinos. La segunda para diputados. Cada una de 40 cm de largo para incluir a las 42 candidaturas inscritas, y que podrían llegar a 50. Aproximadamente, 10 mil postulantes a nivel nacional.
Esta es la película de terror que el martes último adelantó el jefe de la ONPE, Piero Corvetto, junto a las otras autoridades electorales, respecto a los comicios del próximo año.
Todo un “Frankenstein” creado, pareciera a propósito, para terminar de arruinar la mínima legitimidad y representatividad de nuestro sistema político.
El “sabanón” traerá consigo efectos diversos. Uno muy práctico, como el propio Corvetto lo adelantó, será alargar al menos una hora y media el tiempo para el conteo de votos en las mesas, con todo lo que eso significa.
Y no es difícil imaginar, considerando lo ocurrido en los procesos del 2016 y el 2021, la enorme cantidad de errores materiales tanto de los electores como de los miembros mesa, y el “agosto” que tendrán los personeros de los “partidos”. Sin mencionar los problemas logísticos asociados.
El susto por el “sabanón” ha originado que la Comisión de Constitución del Congreso apruebe un dictamen para aprobar el voto digital, aunque no sabemos el alcance real de esta iniciativa, ni si los plazos para su vigencia van a permitir que la ONPE o el Reniec estén en condiciones de brindar las suficientes garantías para su aplicación. Lo que único que se sabe es que se daría prioridad a las Fuerzas Armadas y la PNP para que lo ejerciten.
¿Alguna alternativa frente a esta locura? Que las organizaciones políticas, con el incentivo de que (al final del día) el “sabanón” puede terminar jugándoles en contra por incentivar el error, depongan intereses y constituyan alianzas. Tienen hasta el 12 de mayo. Y, quizás, en ese caso, hablemos solo de una “sábana” que siempre será mejor que el mamotreto que mostró Corvetto.
Aunque la realidad (siempre dolorosa cuando se habla de política en el Perú), hace pensar que los “genios” que tenemos al mando de las organizaciones, ven en el “sabanón” una suerte de “Tinka” pensando en su pase a segunda vuelta, y una vez más (como el 2016 y el 2021), nos juguemos el destino del país tirando una moneda al aire.
Nota: Debido a proyectos profesionales que estoy asumiendo, pongo en pausa esta columna por un tiempo. Espero nos volvamos a encontrar lo antes posible.